CONCIENCIA INTERNACIONAL PUEDE FRENAR INTERVENCIONISMO EN VENEZUELA

CONCIENCIA INTERNACIONAL PUEDE FRENAR INTERVENCIONISMO EN VENEZUELA

25 enero, 2019 0 Por Rene Davila
Ese escenario se dibuja peligrosamente en el horizonte.

Se debe cuestionar todo asomo de intervención.

El conflicto venezolano no es un tema local y su alcance ya genera inestabilidad en la región.

Fuente: Ibero

Para Darío Salinas Figueredoprofesor emérito del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Ciudad de México,la conciencia de la comunidad internacional y el cuestionamiento constante desde la academia a todo asomo de intervención en Venezuela, son las claves para solucionar este conflicto que impacta y genera inestabilidad en la región.

El especialista en procesos políticos en América Latina y el Caribe, explicó que desafortunadamente existe la posibilidad de una intervención en suelo venezolano, si se toman en cuenta las palabras de Donald Trump, en el sentido de que “están consideradas todas las opciones” para dar salida a este problema, expresiones que por extensión lastiman “la dignidad de los pueblos y gobiernos de la región”. Para infortunio nuestro, ese escenario se dibuja peligrosamente en el horizonte. Sin embargo, ese no es el único escenario posible. El belicismo que conlleva la amenaza de mayores desestabilizaciones e intervención, puede neutralizarse si prevalece el peso de la conciencia más avanzada de la comunidad internacional, el peso de la legalidad internacional.

Desde «los flujos del pensamiento crítico, no podemos ser cómplices de los diagnósticos parciales, interesados, de la manipulación mediática, las verdades a medias o construidas a partir de mentiras, no podemos suscribir una política fundada en el acoso a la legalidad y legitimidad que se han dado nuestros pueblos”. Si se trata de reducir las tensiones y buscar la solución pacífica de los términos del conflicto, hay posicionamientos que buscan hacer prevalecer la razón y dar cabida a los instrumentos de la política y la diplomacia, e hizo hincapié en recordar la “historia misma de las intervenciones norteamericanas en diversos países del continente”.

¿De qué está hecho el actual escenario venezolano?

Ese país andino-caribeño se ha propuesto desarrollar un proceso de cambios profundos. Cuando los cambios afectan importantes intereses, como viene ocurriendo en Venezuela, el escenario se tiñe de conflictos, muchos de los cuales no son propios de la confrontación sino provocados. Se puede percibir una suma de acosos, hostigamientos, sanciones y bloqueos. Aquellos intereses que propiciaron el golpe de Estado del 2002, frustrado en aquel entonces por la respuesta popular, no cejan en su empeño por modificar el itinerario de cambios y transformaciones que soberanamente se ha dado ese país. Su actuación desde el campo opositor viene ocurriendo en completo desconocimiento y desacato a los canales institucionales existentes para hacer política y dirimir diferencias.

El reconocimiento inmediato de países como Estados Unidos, Brasil, y aquellos que conforman el ‘Grupo de Lima’, a la proclamación de Juan Gerardo Guaidó como presidente interino y el desconocimiento de Nicolás Maduro como mandatario en funciones, sólo ha profundizado los términos del conflicto y agravan la crisis, propiciando una escalada de violencia e intervenciones que generan inestabilidad en América Latina. A esto hay que sumarle “las reiteradas descalificaciones hacia el gobernante venezolano (Maduro) por parte del actual secretario de la OEA, organización multilateral de la que por cierto se esperan otras conductas que sean más positivas, proactivas y respetuosas, todo lo cual añade más tensiones a la de por sí cargada atmósfera que secreta internamente el conflicto”.

Desde la academia, no hay neutralidad frente a la crisis, el conflicto político y los riesgos de una escalada de violencia, pues “una confrontación de esa magnitud y el riesgo de una intervención compromete a nuestra región”. Por ello, hay que respaldar las propuestas como las de México, Uruguay, las Naciones Unidas, Portugal, España y otros miembros de la comunidad internacional, que están encaminadas «a propiciar un puente político y diplomático para un genuino diálogo entre los actores involucrados en el conflicto, desde el respeto, la defensa del principio de no intervención y autodeterminación».