EL ASEDIO A LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA NO ES NUEVO

EL ASEDIO A LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA NO ES NUEVO

16 agosto, 2022 0 Por Rene Davila

Foto: UNAM. Alejarnos de la caricatura del “pueblo bueno vs élite mala”.

Fuente: UNAM

El concepto de democracia tiene que ver con igualar las desigualdades que se dan en el terreno económico y de construcción del poder. Es una forma de vida, de construcción de ciudadanía y al mismo tiempo, una relación del orden político donde se manda obedeciendo, establecieron especialistas en el tema en la Universidad Nacional.

Como parte de los trabajos del XXXIII Congreso Latinoamericano de Sociología ALAS México 2022. La (Re) Construcción de lo Social en Tiempos de Pandemias y Pospandemias: Aportes Críticos desde las Ciencias Sociales Latinoamericanas y Caribeñas, Benjamín Arditi, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, afirmó: el asedio a la democracia en América Latina no es nuevo; históricamente se han registrado golpes de Estado y autoritarismo.

En la mesa El laberinto de las democracias latinoamericanas, expuso que hoy esos asedios se muestran en fenómenos como la corrupción, el clientelismo y los estados patrimoniales; o en el papel del populismo. Si este existiera, “no sería necesariamente incompatible con la democracia”.

Cuestionó si tiene sentido o vale la pena seguir usando la palabra populismo. “El problema de investigación que hicimos al respecto fue siempre incorrecta”; cuando se escriba o investigue acerca del tema, hay que reformular la pregunta, cambiar “¿qué es?”, por “¿existe?” Eso nos permitirá alejarnos de la caricatura del “pueblo bueno vs élite mala”, de la división en dos del espacio político y de la primacía del líder.

El sociólogo y académico de la Universidad Complutense de Madrid, Marcos Roitman, señaló que la democracia tiene que ver con factores como justicia social, con leyes buenas, justas y que se cumplen. No consiste en la igualdad sin diferencia, sino en la articulación de sujetos en cuya diferencia nos reconocemos todos. Es un espacio común de propuestas, de liberación, de construcción del horizonte histórico; democracia y dignidad van juntas. Por eso “se articula como un elemento básicamente anti-capitalista”.

La democracia es un lenguaje que se articula, es diferencia; ahí nadie piensa igual, no existe el pensamiento único. Es, fundamentalmente, una práctica plural de control y de ejercicio del poder, desde su deber ser, y eso en el capitalismo es inviable.

Albert Noguera, académico de la Universidad de Valencia, opinó que plantear capitalismo y democracia como dos polos antagónicos sin que haya nada intermedio, es una visión reduccionista de ambos, e implica obviar el concepto de transición democrática y revolucionaria.

El sociólogo uruguayo, Gerónimo de Sierra, destacó que, en Colombia, hay una aceleración del avance de la propuesta del presidente Gustavo Petro, impulsada por la gente en la calle, por las masas luchando, por la juventud, las mujeres, los indígenas. Pero su victoria es un fenómeno que “coaguló” a toda la derecha en contra: civil, militar, oligárquica, financiera, agraria, por lo que están en juego diferentes movimientos con un devenir que no sabemos cuál va a ser.

“Tiene una enorme significación la presencia de un gobierno progresista en aquel país, y se abren expectativas importantes en la región”. En nuestros países se ha logrado que existan procesos de involucramiento popular, del voto por los avances democratizantes y eso abre un horizonte estimulante, pero hay que tener claro que estas son fórmulas de transición a capitalismos “más o menos sociales”.

Espiritualidad

Al dictar la conferencia “Rituales de Ayahuasca y su reinterpretación como una forma de espiritualidad moderna”, Jean Paul Sarrazin, académico del Departamento de Sociología de la Universidad de Antioquia, aseguró que existe creciente y globalizado interés por el chamanismo y la espiritualidad. El chamanismo empieza a ser considerado como una forma de medicina alternativa, y un conjunto de conocimientos valiosos relacionados con cierta espiritualidad, en dicho país y en distintas latitudes del orbe.

Lo anterior forma parte de uno de los avances en su investigación que por más de dos décadas ha realizado en los núcleos urbanos de Bogotá, Colombia. “El concepto de espiritualidad no es propio de la modernidad tardía ni de una religiosidad en particular, lo usos y sentidos que se le otorgan actualmente son característicos de esta modernidad, relacionados con procesos contemporáneos de desinstitucionalización e individualización del hecho religioso.