ABATIR LA DESIGUALDAD, PRINCIPAL RETO EN AMÉRICA LATINA

ABATIR LA DESIGUALDAD, PRINCIPAL RETO EN AMÉRICA LATINA

31 octubre, 2019 0 Por Rene Davila
La cultura del privilegio naturaliza las desigualdades y la discriminación.

Equidad con un enfoque asistencialista.

La igualdad tiene un papel instrumental como impulsora del desarrollo sostenible.

Fuente: UNAM

Abatir la desigualdad en América Latina y el Caribe, lograr crecimiento económico y fomentar la sostenibilidad ambiental, son los principales retos en la región, afirmó Alicia Bárcena Ibarra, doctora honoris causa por la UNAM y secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). La igualdad tiene un papel como impulsora del desarrollo sostenible, contribuyendo a la innovación, al aumento de la productividad y a la sostenibilidad ambiental, y la CEPAL la ha posicionado como fundamento del avance, centrado en un enfoque de derechos, dijo al dictar la conferencia magistral “Cambio de época y nuevo modelo de desarrollo: la interpretación estructuralista”.

La cultura del privilegio naturaliza las desigualdades y la discriminación, además de abordar la equidad, y no la igualdad, con un enfoque asistencialista, no de empoderamiento. Explicó que con la propuesta “crecer para igualar e igualar para crecer”, la CEPAL ha llevado el concepto de igualdad a la comunidad internacional, donde es una de las dimensiones centrales de la Agenda 2030 y los Objetivos del Desarrollo Sostenible. En el auditorio Narciso Bassols de la Facultad de Economía, apuntó que en la región el desencanto y enojo, representa un punto de quiebre en la continuidad de un modelo que se asocia a tres décadas de concentración de la riqueza y deterioro ambiental, con insuficiente crecimiento.

Brechas externa, social y ambiental

América Latina enfrenta tres brechas: la del equilibrio externo, social y ambiental. La tasa de crecimiento con equilibrio externo, es aquélla que no aumenta el endeudamiento con relación al producto interno bruto (PIB) a lo largo del tiempo; determina un techo para el crecimiento que puede ser mantenido. “Depende del crecimiento del centro, porque aumenta la demanda de importaciones desde la periferia”. El término centro-periferia se refiere a las desigualdades sociales y económicas, y su variable distribución espacial, especialmente en el ámbito mundial, hablándose de países centrales y países periféricos.

En el caso de nuestra región, la estructura productiva sólo permite una tasa de crecimiento con equilibrio externo muy pequeña. Es necesaria una tasa de crecimiento con equilibrio social, para reducir la heterogeneidad estructural (absorbiendo el desempleo y el subempleo en la periferia), disminuir la desigualdad y consolidar la estabilidad de la democracia política. “Parte de la reducción de la desigualdad se logra con políticas sociales, pero el crecimiento también es clave”. La tasa de crecimiento del PIB para Latinoamérica, debería ser de aproximadamente 4%, si al mismo tiempo existieran grandes mejoras en la distribución del ingreso y las políticas sociales. En tanto, la tasa de crecimiento con equilibrio ambiental, es la que respeta los límites del planeta y lo protege para las futuras generaciones.

Cerrar las brechas

Sugirió que para cerrar las brechas y lograr convergencia entre las tasas de equilibrio externo, social y ambiental, se requiere una nueva economía política y un pacto global. Es necesario implementar políticas industriales y tecnológicas en la periferia, que promuevan la rápida difusión, adaptación y mejoras sobre la tecnología de frontera del centro. También se requiere inversión pública y regulación que oriente el desarrollo de la región, como dimensiones clave en la redefinición del estilo de desarrollo, nuevos patrones de consumo consistentes con los límites del planeta, y un marco de gobernanza internacional compatible con las metas que la comunidad internacional se dio a sí misma a través de la Agenda 2030, las negociaciones en torno al cambio climático y el concepto de responsabilidades comunes.