
EN 2023, EN MÉXICO HUBO 1.6 MILLONES DE DONACIONES DE SANGRE
11 junio, 2024Foto: Internet. Donación voluntaria y altruista aumentó de 5.1 a 8.3% de 2018 a 2023.
Fuente: SS federal
En nuestro país aumentó la donación de sangre y sus componentes de forma voluntaria y altruista, al pasar de 5.1 por ciento en 2018 a 8.3 por ciento en 2023, lo que representa más de 32 mil personas adicionales más que el año anterior.
En Latinoamérica, México es, después de Brasil, el país en el que más sangre se dona, por lo cual cumple los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud para mantener un abasto capaz de satisfacer la demanda. Este organismo internacional señala que debe haber una tasa de entre 100 y 300 donantes por cada 100 mil habitantes y nuestro país cumple. No obstante, es fundamental mantener los esfuerzos para aumentar la cantidad y la proporción de donantes voluntarios y altruistas.
La donación es un acto de empatía, de amor a uno mismo, de amor a la familia y a la comunidad, por lo que se invitó a impulsar esta acción voluntaria y altruista para generar mejor salud colectiva e individual. “Hagámoslo hoy por otras personas, porque lo que hagamos hoy por otras personas, ellas lo van a hacer hoy o mañana por nosotros”.
El director general del Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea (CNTS) de la Secretaría de Salud (SS) federal, Jorge Enrique Trejo Gómora, agregó que en 2023 se registraron poco más de un millón 600 mil donaciones de sangre; de ellas, 8.3 por ciento fue voluntaria y altruista, y 91.7 por ciento por reposición.
El incremento de la población donante de forma voluntaria y altruista se debe a cambios impulsados desde el CNTS, en coordinación con diversas instituciones de salud de nuestro país, encaminados a lograr el objetivo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de llegar al 100 por ciento de obtención de sangre por esta vía, y en esta tarea aún hay mucho camino por recorrer.
Los avances son resultado principalmente de la eliminación de mitos y falsas creencias en torno a la donación de sangre, por parte de la población y de los servicios de sangre. Por ejemplo, en años anteriores, muchas personas de la comunidad LGBTTTIQ+ se sentían discriminadas por los servicios de sangre, porque la primera pregunta que les hacían era, si mantenían relaciones sexuales con personas de su mismo sexo y si respondían que sí, se les negaba la posibilidad de donar, independientemente de que la práctica sexual no fuera de riesgo.
Esa política descartaba a personas de la comunidad LGBTTTIQ+ de manera sistemática, sin conocer más factores de riesgo asociados. Había una serie de preguntas sin fundamento científico ni real sobre seguridad sanguínea para efectuar el rechazo.
Este fenómeno originó que las prácticas de discriminación se internalizaran entre la población, haciendo ver a los servicios de sangre como discriminadores, poco amigables, poco empáticos y causantes de que las personas se sintieran vulneradas en su integridad, privacidad, confidencialidad e individualidad, y constituía un muy poderoso elemento disuasorio para la donación.
En los últimos años han cambiado los criterios de selección de donantes, haciéndolos compatibles con principios como no discriminación, interculturalidad, igualdad de género y rigor científico. Esto da lugar a que el rechazo de un potencial donante de sangre se presente únicamente cuando existan argumentos médicos y científicos, con el propósito de garantizar la transfusión segura para quien recibe sangre y donación segura para quien dona sangre
Este viraje en la política de obtención de sangre se estandarizó a nivel nacional, mediante protocolos específicos y campañas de concientización impulsadas desde la SS federal, para llamar a la donación a grupos que anteriormente habían sido rechazados; “volverlos a tener de nuestro lado, volverlos a incorporar como parte de la población, y volverlos a incorporar como algo muy importante: donantes de sangre”.
En las campañas se emplearon mensajes directos como: Si tienes un tatuaje o una perforación no es impedimento para donar; si estás menstruando no es un impedimento para donar, y en el caso de las personas pertenecientes a la comunidad LGBTTTIQ+, nos interesa generar unidad e informar a la población sobre la necesidad de donar sangre. Enfatizó la necesidad de crear conciencia sobre la importancia de la donación voluntaria, porque es fundamental mantener el abasto de sangre, y dejar muy claro a la población que toda persona puede requerirla.
En cuanto al tiempo que implica el acto de donar sangre, se han hecho esfuerzos por estandarizar los servicios, para que el proceso sea más dinámico. Esto ha implicado la capacitación al personal en cuanto al trato a la persona usuaria y en todos los procesos, con énfasis en la calidad, eficiencia y seguridad. Del 10 al 14 de junio se lleva a cabo la Semana Nacional de Transfusión Sanguínea, por lo que las personas que deseen donar sangre de manera voluntaria pueden acudir al banco de sangre más cercano, donde serán atendidos por personal médico especializado.
Los requisitos para donar sangre: tener entre 18 y 65 años; peso mínimo de 50 kilogramos; buena salud, no haber tenido cirugía alguna en los últimos seis meses ni haber padecido infecciones como hepatitis B o C, VIH, Chagas o sífilis. También es indispensable no haberse realizado tatuaje, perforación o acupuntura en los últimos 12 meses; no padecer epilepsia, tuberculosis o enfermedades graves del corazón; no usar drogas intravenosas o inhaladas; no haber tomado analgésicos cinco días previos a donar; no haber ingerido bebidas alcohólicas en las últimas 48 horas y en el caso de mujeres, no estar embarazada o lactando.