ESTUDIAN LA VIDA TRADICIONAL LACUSTRE EN MICHOACÁN

ESTUDIAN LA VIDA TRADICIONAL LACUSTRE EN MICHOACÁN

4 febrero, 2019 0 Por Rene Davila
Muchas actividades de producción han sobrevivido a través de los siglos en los lagos Cuitzeo y Pátzcuaro.

Todavía se utilizan diferentes técnicas para pescar, incluyendo redes, anzuelos y trampas.

Con información arqueológica, etnohistórica y etnográfica se formulan hipótesis sobre la vida de los pobladores prehispánicos, de una determinada zona de estudio.

Fuente: Academia Mexicana de Ciencias

Aun cuando todas las culturas cambian a través del tiempo, algunos rasgos culturales han sobrevivido en sociedades no urbanas más conservadoras, y su análisis permite a los investigadores que emplean el enfoque etnoarqueológico formular hipótesis sobre la vida de los pobladores prehispánicos, de una determinada zona. El doctor Eduardo Williams, del Centro de Estudios Arqueológicos de El Colegio de Michoacán, señaló que las técnicas y actividades tradicionales como la elaboración de cerámica, la pesca, caza, recolección y la manufactura en contextos lacustres o la elaboración de sal (en Michoacán) —algunas de origen prehispánico—, en muchos casos están siendo abandonadas o transformadas radicalmente, por lo que podrían desaparecer en el futuro inmediato, lo que privaría a los especialistas de información para entender diferentes aspectos de la cultura mesoamericana.

De ahí, que el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias se ha enfocado en el modo de vida lacustre de las cuencas de Michoacán, con el fin de estudiar las técnicas de elaboración de cerámica, canastas, redes para pescar, anzuelos, y así poder plantear una hipótesis cerca de la vida de los tarascos de Michoacán. Para ello, recurre a información arqueológica, etnohistórica y etnográfica. La metodología consiste en recorridos del terreno buscando evidencias de actividades humanas, tanto del presente como del pasado, así como al estudio de la cultura material y de sus usos en la producción de alimentos, viviendas, artefactos y en general objetos para la explotación del ambiente.

También revisa fuentes documentales, en especial de la época colonial, para saber algo acerca de la vida de las comunidades indígenas de Michoacán. Sin dejar de lado el estudio de las costumbres actuales de grupos no urbanos (sobre todo indígenas) que todavía tienen algunos rasgos parecidos a los de las culturas del pasado. “Hemos estudiado la producción de sal en la cuenca del lago de Cuitzeo y en la costa michoacana. Este era un recurso indispensable para la vida del ser humano, pero la sal no se conserva en el registro arqueológico. Era necesario, entonces, identificar la evidencia material —vasijas de barro, acumulaciones de tierra desechada en el proceso de manufactura, y rasgos en el paisaje como canales o tinas de evaporación de salmuera— para saber dónde se producía este recurso”.

El doctor en arqueología por el Institute of Archaeology del University College, en Londres, también ha trabajado con los pescadores y artesanos en los lagos de Cuitzeo y Pátzcuaro, para entender el modo de vida de la gente que actualmente habita la zona y de quienes la habitaron, cuyo sustento se basa en los recursos lacustres. De hecho, la palabra Michoacán significa “lugar de pescados” porque desde tiempos muy antiguos los pescadores, cazadores (de aves acuáticas, reptiles y otros animales acuáticos), y recolectores (de plantas, insectos, huevos de aves silvestres, etc.) producían alimentos y otros recursos naturales indispensables para la sobrevivencia de los pueblos prehispánicos. Por lo tanto, la explotación del paisaje lacustre que llevaron a cabo los antiguos habitantes de esta zona, fue un factor fundamental para el desarrollo y expansión del imperio tarasco durante el periodo Protohistórico (ca. 1450-1530 d. C.), tanto en la región de Pátzcuaro (que fue la sede del imperio) como en la de Cuitzeo, lo cual tuvo implicaciones para la organización política, económica y territorial de este Estado prehispánico.