HÍGADO GRASO

HÍGADO GRASO

10 junio, 2024 0 Por Rene Davila

Foto: Internet. La enfermedad por hígado graso no alcohólico no produce síntomas.

Existe un enemigo silencioso del hígado, que afecta prácticamente a un tercio de la población mundial: la enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA), puede causar afectaciones serias a la salud y poner en peligro la vida.

Es un trastorno metabólico que se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado, de personas sin consumo significativo de alcohol. En la actualidad es la enfermedad hepática crónica más común a nivel general. Los niveles altos de triglicéridos y niveles bajos de colesterol bueno o HDL son muy comunes en la enfermedad por hígado graso no alcohólico. La obesidad, la diabetes mellitus tipo 2 y la resistencia a la insulina, son los principales factores metabólicos de riesgo para su desarrollo.

La enfermedad por hígado graso no alcohólico produce inflamación del hígado y daño de las células hepáticas. Su prevalencia se ha incrementado ante la creciente epidemia mundial de obesidad y diabetes, y se espera que sea la principal causa de cáncer de hígado, cirrosis e insuficiencia hepática, y la primera indicación de trasplante hepático. También puede causar deterioro en la función renal y eventos cardiovasculares cerebrales o infartos agudos al miocardio, por ello las personas fallecen.

México es uno de los países cuya población reúne varios factores de riesgo para la EHGNA, y su prevalencia podría superar el 50%. El panorama a mediano plazo es crítico, si no se toman acciones inmediatas para contrarrestar lo que ya se considera un problema de salud nacional.

Una enfermedad sin tratamiento específico

En este momento no se cuenta con un tratamiento específico para la enfermedad por hígado graso no alcohólico. Por eso es importante enfatizar en su diagnóstico y prevención con dieta y ejercicio. Evitar que llegue a cirrosis o cáncer de hígado. El problema real es que al principio es una enfermedad silenciosa que no da síntomas sino después de algunos años, cuando las personas han desarrollado complicaciones como cirrosis, insuficiencia o cáncer hepáticos.

Detección del hígado graso

Al paciente se le deben hacer pruebas de resistencia a la insulina y ver si tiene síndrome metabólico, que incluye hipertensión, cintura de más de 80 centímetros en mujeres y de 90 centímetros en hombres, y un índice de masa corporal superior a 30 (obesidad). Esto indica que el paciente puede tener EHGNA y que hay inflamación hepática.

Para la prevención del hígado graso, debemos tener hábitos de vida mucho más saludables, con la guía de especialistas en nutrición y medicina del deporte. El ejercicio tiene que realizarse por un mínimo 150 minutos repartidos en la semana; basta con una caminata diaria de 30 minutos por 5 días.

En cuanto a dieta, es importante tener un patrón de alimentación saludable, con abundantes frutas y verduras, cereales integrales, alimentos bajos en grasa, nueces y semillas. Para hacer una mejor selección de los alimentos, debemos estar muy bien informados y educados como población.

Hacer ejercicio y bajar de peso son los factores que mayor influencia tienen en la prevención de obesidad, diabetes y, por consiguiente, del hígado graso. Es importante reducir entre el 7 y 10% del peso que se tiene inicialmente, ante la falta de un tratamiento específico para el hígado graso.

El tratamiento farmacológico de la obesidad con agonistas del receptor de GLP-1, siempre bajo la supervisión del médico, tiene el potencial de contribuir al logro de esta meta, junto con dieta y ejercicio, y prevenir comorbilidades de la obesidad como el hígado graso, indicó David Chávez, jefe médico de Cardio-Metabolismo en Novo Nordisk.