LA DOCUMENTACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL, PREPONDERANTE PARA SU PROTECCIÓN

LA DOCUMENTACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL, PREPONDERANTE PARA SU PROTECCIÓN

12 julio, 2023 0 Por Rene Davila

Foto: UNAM. La organización de ese conocimiento no tiene todavía el arraigo que quisiéramos.

Fuente: UNAM

La documentación del patrimonio cultural es estratégica, ya que es una de las mejores herramientas para combatir el tráfico ilícito de piezas arqueológicas u obras de arte, y constituye un elemento para comprender mejor nuestro legado histórico y artístico.

“Tener buenos datos es garantía de lograr una relación mucho más armónica entre la protección, el disfrute y el conocimiento de nuestro patrimonio cultural, y eso es lo que se busca. Desde la UNAM nos hemos preocupado por la profesionalización en este ámbito”, aseguró el coordinador de la Unidad de Información para las Artes (UNIARTE), del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, Pedro Ángeles Jiménez.

En entrevista agregó: el tráfico ilícito de obras de arte es un problema grave porque se relaciona con el crimen organizado. “El robo de arte sacro y la sustracción de bienes en zonas arqueológicas semiexploradas o sin explorar, sin vigilancia continua, hace urgente un sistema de documentación adecuado”.

En México, la organización del conocimiento del patrimonio cultural, mediante la catalogación y la documentación, no tiene todavía el arraigo que quisiéramos. Para impulsar las buenas prácticas de la documentación en nuestra nación, la Ciudad de México será sede -del 24 al 28 de septiembre próximo- de la Conferencia Anual 2023, del Comité Internacional de Documentación (CIDOC), donde se reunirán especialistas nacionales y extranjeros. También tiene el objetivo de que la relación directa de la UNAM con ese organismo internacional, “se expanda en redes de conocimiento al resto de las instancias culturales del país”.

Información es poder

Cuando concluyó la Segunda Guerra Mundial en 1946 se fundó el Comité Internacional de Museos, ICOM, y gracias a la documentación el patrimonio fue restituido a los lugares de donde había sido extraído durante la conflagración. Existen museos de todo tipo, incluso para las ideas, como el Interactivo de Economía o el de Memoria y Tolerancia, que exponen conceptos más que objetos. Ante esta complejidad, el ICOM desarrolló comités, uno de ellos es el CIDOC, encargado de generar normas y mejores prácticas para solucionar el tema de la organización del conocimiento de esos recintos.

En 1990, en el Museo Isabella Stewart Gardner, de Boston, EU, se registró el robo de obras de Vermeer, Rembrandt y Degas. Nunca se resolvió el caso y hasta la fecha se exponen los marcos de las obras saqueadas, “como testimonio de ese faltante”.

En 1993 inició una discusión internacional que reunió a una gran cantidad de especialistas de diversas áreas, museos, patrimonio cultural, aduanas y comercio de obras de arte, para definir un estándar que ayudara a identificar las que están en tránsito o que se detectaron como faltantes. Se estableció el denominado Object-ID para reconocer los objetos (con datos como su autor, año de creación, técnica, etcétera) y boletinarlos en caso de robo.

El CIDOC propone contar con un proyecto que ordene y recopile los datos ligados a los objetos y generar sistemas de documentación, de tal forma que las áreas de un museo (registro, restauración, curaduría, etcétera) tengan unidad al momento de expedir documentos. No obstante, vemos que los museos presentan diferencias cuando integran la información; “hay algunos con grandes adelantos y otros tienen grandes problemas”.

En México, las instituciones nacionales realizan grandes esfuerzos en ese sentido. Los institutos nacionales de Antropología e Historia (INAH) y de Bellas Artes y Literatura (INBAL) han recibido atención para determinar su acervo; sin embargo, el patrimonio se extiende más allá de los muros de los museos, por ejemplo, a zonas arqueológicas, estudiadas o no, porque hay aproximadamente 200 abiertas al público y cientos o miles que no lo están.

Además, hay templos y edificios de los siglos novohispanos, en los centros históricos de cada ciudad del país, donde se conservan retablos, pinturas y esculturas, “que debemos catalogar y documentar para saber qué tenemos”.