MÁS OPORTUNIDADES PARA ZONAS RURALES

MÁS OPORTUNIDADES PARA ZONAS RURALES

25 septiembre, 2020 0 Por Rene Davila

Foto: UNAM.  27 de septiembre, Día Mundial del Turismo.

Fuente: UNAM 

La llamada industria sin “chimeneas” se concentró, principalmente, en los destinos de playa. Los grandes desarrollos hoteleros y turísticos, se enfocaron en invertir en las zonas costeras de México y el mundo. Así, por décadas los pueblos y zonas rurales quedaron marginados de los beneficios que genera el turismo, como la creación de empleos, progreso de las localidades y sus habitantes. En suma, generación de riqueza que se traduce en bienestar. 

De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (OMT), de 100 a 120 millones de empleos directos están en riesgo de perderse.  

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) prevé una pérdida del 1.5 al 2.8% del Producto Interno Bruto mundial. En este año, el Día Mundial del Turismo, que se celebra el 27 de septiembre, tiene como lema “Turismo y desarrollo rural”, y se refiere a la creación de oportunidades fuera de las grandes ciudades y la preservación del patrimonio cultural y natural.  Para Naciones Unidas y el mundo, este sector es un pilar económico que proporciona trabajo y nuevas oportunidades, especialmente a poblaciones desfavorecidas.  

Turismo y desarrollo rural 

La OMT estima que para 2050 el 68% de la población mundial vivirá en zonas urbanas. Las rurales suelen estar menos preparadas para afrontar el impacto de una crisis, debido a factores como el envejecimiento de sus habitantes, niveles bajos de ingresos y la brecha digital. “Dedicarle un día al año al turismo, tiene que ver con crear conciencia de lo que implica todo el sector, como un gran movilizador de personas y recursos. Es una de las actividades que modifican los territorios, su organización productiva y la sociedad en general. Transformaciones no siempre positivas”, afirma Gustavo López Pardo, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM. 

A partir de los años 80, continúa, el camino hacia lo rural comenzó cuando el modelo “sol y playa” entró en un estancamiento por la alta demanda, y el turismo buscó promocionar nuevos destinos orientados a actividades en comunidades indígenas y a la naturaleza. En esa década el campo mexicano entró en crisis, la actividad económica se contrajo y la población se tornó más vulnerable, por lo que el turismo se convirtió en un nuevo eje de acumulación de capital junto con la naturaleza, y una opción para el desarrollo de las comunidades rurales.  

Sin embargo, no hay actividad que pueda, por sí misma, lograr sacarlas de la pobreza o de la marginación en una situación como la actual. “Para México, el Día Mundial del Turismo dedicado al desarrollo rural, significa reconocer las dificultades o los fracasos de las políticas que han intentado desarrollar esta actividad como la panacea”. 

Gino Jafet Quintero Venegas, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, asegura que con la adopción del turismo rural, la economía se volvió más vulnerable y puede verse con los pueblos mágicos, que aunque no son plenamente rurales, apuestan por esa  industria para su crecimiento económico. Sin embargo, con la situación de pandemia se volvieron aún más vulnerables. “El gobierno mexicano podría implementar planes como los de la Unión Europea para un turismo rural integrado, en el que las actividades económicas del campo potencien la actividad turística sin que ésta se vea como el motor de todo, sino como un engranaje de todo”. 

“Los analistas más optimistas dicen que a mediados de 2021 tendremos una reactivación del turismo a niveles similares de hace ocho o 10 años; pero otros aseguran que hasta 2025 vendrán nichos de oportunidad, porque, aparentemente, empezarán a implementarse espacios nuevos para satisfacer las demandas del turismo nacional, que sustituirán a las derramas internacionales”.