MÉXICO DEBE RETOMAR SU VOCACIÓN MINERA QUE NO HA MUERTO EN 200 AÑOS

MÉXICO DEBE RETOMAR SU VOCACIÓN MINERA QUE NO HA MUERTO EN 200 AÑOS

25 septiembre, 2021 0 Por Rene Davila

Foto: UNAM. Nuevos nichos para el país, el litio, cobre, oro, zinc, estaño.

Fuente: UNAM

Con la llegada de los españoles a América, su principal interés era la extracción de metales, en especial plata, pero con el paso del tiempo en su vida independiente nuestro país ha perdido esta visión apostando por recursos como el petróleo, aun cuando la minería aporta 2.3% del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel nacional.

Francisco Omar Escamilla González, responsable del Acervo Histórico del Palacio de Minería (AHPM), destacó que esto tampoco implica que los gobiernos hayan descuidado el sector, pero hoy hay mayor interés en el hidrocarburo, el cual se espera aporte este año 2.7% del PIB. No falta conciencia, sino recursos económicos y humanos que, además de la industria, el Estado contrate a los jóvenes para que vuelvan a mapear el territorio y entender la magnitud de los recursos mineros, agrícolas y ganaderos para apostar por ellos.

Esplendor minero

La minería en la Conquista y la Colonia eran de tal importancia, que España envió a Fausto Elhuyar Etxenike y Zubice, quien descubrió el tungsteno, y a Andrés del Río, descubridor del vanadio, a fundar el Colegio de Minería, que se convirtió en uno los seis que existían en el mundo. A lo largo de los 11 años que duró la guerra de Independencia la minería tuvo complicaciones, porque donde se explotaba como Guanajuato o Michoacán, las instalaciones fueron cerradas o destruidas por las batallas. Sin embargo, con el México independiente en 1821, se impulsó la industria porque en Europa se dio a conocer el Ensayo Político del Reino de la Nueva España, de Alexander von Humboldt (de 1811), donde habla de la riqueza que había en México.

A partir de 1840 las autoridades valoran más estos recursos y en 1861 se fundó la Secretaría de Fomento. Para el porfiriato se vivió la época dorada de esta dependencia, pues de ésta dependían la Escuela de Minería y de Veterinaria, donde se formaban a los expertos; en 1884 se elaboró una nueva legislación minera.

Después de la invasión norteamericana y con la pérdida de territorio (especialmente Texas y California) ante EU, surgió el proceso llamado “el patrón oro”, en el cual la riqueza de un país estaba sustentada por las arcas de oro acumulado, lo cual fue perjudicial para México, pues se redujo el valor de la plata a nivel internacional. Ello llevó a cambios en la minería, que se modificó a medida que la industria necesitó de otros insumos: con la producción de acero se requirieron grandes cantidades de carbón, además de la producción de cobre, zinc y otros metales industriales.

“Oro negro”

A finales del siglo XIX el petróleo se empezó a usar en lámparas de queroseno, pero con la fabricación del automóvil de combustión interna, su demanda fue mayor en los automotores y también en aviones. Inició la Primera Guerra Mundial y la maquinaria fue movida por combustibles fósiles. “En México, en la primera década del siglo XX, los grandes inversionistas norteamericanos buscan petróleo en el Golfo de México, se encuentran los primeros pozos y la inversión es tremenda, porque el valor que tiene el recurso es inconmensurable en ese tiempo”.

Aunque la industria minera es regional, especialmente en ciudades del norte de México, se fundan otras como Torreón, en Coahuila, y pese a los conflictos, algunos de los cuales dieron motivo a la Revolución Mexicana en 1910, se mantienen después del movimiento armado; la explotación continúa. “El uso del ferrocarril, maquinaria más eficiente para la molienda, se va ampliando y creando nuevas colonias y poblaciones para la explotación. La Revolución Mexicana no cambió del todo esto, al final del día los patrones siguieron siendo los mismos”.

El método de amalgamación se mantuvo desde el siglo XVI y las máquinas de molienda se desarrollaron a lo largo de 300 años aquí. Pero la industria norteamericana hizo que las viejas máquinas de madera y hierro fueran industrializadas con motores de vapor y después eléctricos. Se tomaron las técnicas desarrolladas en siglos, las industrializaron y luego las vendieron a México.

Este proceso, implicó otro duro golpe para nuestra nación, ahora tecnológico, ya que se dejó de usar el mercurio y la amalgamación para ser sustituida por el cianuro en un proceso que hace más eficiente la extracción de la plata, un método que proviene de Australia, por eso las compañías norteamericanas también traen a México, de la mano de la electrificación. Y se incrementaron los ingenieros civiles para la construcción de infraestructura de ferrocarril, puertos, agua potable y demás.

Para 1930 el gobierno de México se percató de la importancia del petróleo, en particular Lázaro Cárdenas quien decidió su nacionalización en 1938, y con ello surgieron el Instituto Politécnico Nacional y el Instituto Mexicano del Petróleo, la Comisión Nacional de Recursos No Renovables, hoy Servicio Geológico Mexicano, instituciones estatales que impulsaron la producción del hidrocarburo.

Hoy en día, es muy difícil saber cuántos recursos minerales quedan en el país, pero hay suficiente para varias generaciones. México lleva cinco siglos extrayendo plata. El problema es cómo justificar que se apueste por la obtención de un recurso y no de otro. “El petróleo está nuevamente hoy en el ojo del huracán y se habla de fortalecer a PEMEX, pero en la cuestión minera no se ve este impulso decidido. Somos un país minero, no petrolero. Los nuevos nichos de México estarían en el litio, cobre, oro, zinc, estaño, metales que hay en una computadora; nuestro país tiene yacimientos para muchos años. Con ayuda de las tecnologías, nuestro país puede hacer un nuevo inventario de los recursos que tiene, como se intentó en el siglo XIX, lo cual permitiría apoyarlos y protegerlos.