MOVIMIENTO DE PERSONAS EN AMÉRICA LATINA ES HACIA LA PROPIA REGIÓN

MOVIMIENTO DE PERSONAS EN AMÉRICA LATINA ES HACIA LA PROPIA REGIÓN

11 mayo, 2022 0 Por Rene Davila

Foto: UNAM. Los muros que dividen territorios y países deben ser observados desde el punto de vista de garantías fundamentales.

Fuente: UNAM

A partir del punto de vista físico, simbólico, palpable y tangible, los muros en todos los lugares son lo mismo: mensajes de exclusión, división, confrontación y medios de discriminación. Donde quiera que se encuentren aquellos que dividen territorios y países, deben ser mirados con una perspectiva crítica, sobre todo de los derechos humanos, afirmó el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, Pedro Salazar Ugarte.

Ayer en la apertura de la última sesión del Congreso Internacional Crisis migratoria en Europa y América a la luz del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, realizada en formato híbrido en el campus Tijuana de la Universidad Iberoamericana, añadió: Lo que vemos en esa ciudad fronteriza cosmopolita, culturalmente rica y dinámica, es también una postal del drama cotidiano de millones de personas que se ven en la necesidad, por distintos motivos, de abandonar sus lugares de origen y emprender periplos migratorios. “Es un recordatorio de cuál es el sentido del trabajo que realizamos y del alcance de las actividades que las instituciones académicas debemos llevar a cabo”.

El director general de la Universidad Iberoamericana Tijuana, Florentino Badial Hernández, coincidió que en esta urbe se aprecia el desarrollo económico, el encuentro multicultural y el dinamismo que hoy vive la humanidad, pero también los principales desafíos que enfrenta el mundo: violencia, pobreza, vulneración de garantías fundamentales y la exclusión simbolizada por un muro fronterizo. “Es una ciudad cuya identidad está construida a partir del encuentro de personas de diferentes culturas y nacionalidades; tenemos esa riqueza, reconociendo en primer lugar que todos debemos gozar de los mismos derechos e inclusión, por el simple hecho de que todos somos humanos”.

En la mesa 4, “El éxodo venezolano”, Fernando Lozano Ascencio, director del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, resaltó que la perspectiva de la movilidad sur-norte ha quedado rebasada. “Hay un gran cambio que se vive desde antes de la pandemia, una transición migratoria que consiste en que el movimiento de personas en América Latina es hacia la propia región”. No hay un patrón tradicional de desplazamientos al norte global, como EU, Canadá o España; hoy tampoco podemos hablar de corredores migratorios de manera precisa. El fenómeno se presenta entre sociedades equivalentes, y, por ejemplo, de Haití hay movilidad a naciones como Brasil, Chile o México, no sólo a la República Dominicana o la Unión Americana, como antes.

De acuerdo con el asistente Senior de Protección de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados, Emilio González González, Venezuela es la nación con más desplazamientos forzados en la actualidad, sólo después de Siria y Ucrania. Eso genera una presión demográfica fuerte en Sudamérica, en las regiones fronterizas venezolanas con Perú, Colombia, Ecuador y Brasil. En los últimos 18 meses, la población acogida ha experimentado dificultades y comienza a sufrir persecución; varios de ellos buscan protección, integración o reunificación familiar en norteamérica, y así hemos presenciado aumento significativo de movimientos terrestres de esa población. De ocho mil a 12 mil solicitudes de asilo en México en sólo tres años, refieren un cambio importante.

La académica de la Universidad Católica Andrés Bello, de Venezuela, Ligia Bolívar, explicó que abandonan ese país por las siguientes razones: crisis de alimentos y del sistema de salud, situación económico-laboral e inseguridad. “No los llamo migrantes, sino personas con necesidad de protección internacional”; sin embargo, los países receptores les exigen tener pasaporte y documentos al día, visas, etcétera. Hay una emergencia humanitaria no reconocida por el gobierno de Nicolás Maduro y veremos a continuación de la salida de personas, un aumento sostenido.