PRODUCCIÓN DE VACUNAS CON TECNOLOGÍA SEGURA Y BAJO COSTO

PRODUCCIÓN DE VACUNAS CON TECNOLOGÍA SEGURA Y BAJO COSTO

25 diciembre, 2018 0 Por Rene Davila
Cuenta con un modelo de microalgas que producen una vacuna para la ateroesclerosis.

Prevenir el desarrollo de infecciones o frenar enfermedades como el cáncer.

A través de la ingeniería genética, las células vegetales producen proteínas que activan el sistema inmune.

Fuente: AMC

Con la idea de desarrollar vacunas que tengan menor costo de producción, distribución y puedan ser administradas de manera oral, un grupo de investigadores mexicanos trabaja en la producción de vacunas con plantas y microalgas, tanto para prevenir enfermedades infecciosas como para el tratamiento de padecimientos como el cáncer. El doctor en biología molecular Sergio Rosales Mendoza, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), explicó en entrevista a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) que las vacunas convencionales están constituidas en su mayoría del patógeno completo (inactivo o atenuado), que puede ser el virus o la bacteria que causa la enfermedad, lo que implica tener que contar con una infraestructura compleja para garantizar la seguridad durante el proceso de producción.

Sin embargo, las nuevas tecnologías permiten hoy utilizar solo algunos componentes, por ejemplo, proteínas del agente infeccioso, lo que se traduce en vacunas más seguras. “A través de la ingeniería genética se puede lograr que las células vegetales produzcan proteínas antigénicas —que activan el sistema inmune para prevenir el desarrollo de enfermedades—, para que formen parte de una vacuna”. Las ventajas de estos sistemas son su bajo costo de producción, la ausencia de patógenos humanos o animales, y que debido a que una diversidad de especies de plantas y microalgas es comestible, son vehículos seguros para la administración oral de vacunas. El grupo que encabeza el doctor Rosales se enfoca en las vacunas que activen el sistema inmune para prevenir el desarrollo de enfermedades, pero también en vacunas terapéuticas que cumplan el papel de activar al sistema inmunológico y que los mecanismos de protección permitan frenar la enfermedad. “Nuestro proyecto principal tiene que ver con inmunoterapias contra el cáncer de mama, estamos diseñando vacunas que podrían activar al sistema inmunológico para combatir a las células malignas causantes de la enfermedad, también estamos evaluando la posibilidad de poder aplicarlo a otros tipos de cáncer”, además trabaja en otras enfermedades, como la ateroesclerosis, contando con un modelo promisorio de vacuna contra esta patología.

Las enfermedades infecciosas son igualmente de interés para este grupo de investigación, y tiene para ello modelos para enfermedades diarreicas y contra patógenos emergentes como el virus del Zika. En la actualidad cuenta con un modelo de microalgas que producen una vacuna para la ateroesclerosis, y hasta el momento los datos indican una respuesta favorable en ratones. “Hemos establecido una colaboración con un grupo de investigación en Los Ángeles, California, que trabaja con modelos animales (ratones) más avanzados, lo que nos va a permitir probar la vacuna a otro nivel”. Así, una vez que existan datos sólidos de la eficacia y de la seguridad de la vacuna en el modelo animal, se pueden comenzar los ensayos clínicos en humanos, inicialmente en voluntarios sanos, etapa en la que nuevamente se evalúa la inmunogenicidad y la seguridad.

Otros de los modelos vegetales con los que trabaja es la planta de tabaco, porque en un corto tiempo permite probar la producción de las proteínas antigénicas y su evaluación en animales, y también con la zanahoria, ya que es un sistema que se utiliza en otros países para producir fármacos a nivel comercial. Al mismo tiempo, busca llevar estas vacunas a aplicaciones veterinarias, por ejemplo, la alfalfa, que se utiliza como alimento para el ganado y en el caso de algunas especies de microalgas para atacar enfermedades en peces y camarones que son especies de interés en acuacultura.