TRASTOCAR AUTONOMÍA DE SERVIDORES PÚBLICOS EN TWITTER PODRÍA GENERAR AUTOCENSURA

TRASTOCAR AUTONOMÍA DE SERVIDORES PÚBLICOS EN TWITTER PODRÍA GENERAR AUTOCENSURA

6 febrero, 2020 0 Por Rene Davila
Encontrar mecanismos en donde no se pierda la espontaneidad.

La ‘Privacidad y las redes sociales digitales’.

El riesgo es que funcionarios reaccionen ante escenarios que salen de su control.

Fuente: Ibero

Los posteos de servidores públicos en redes sociales digitales, particularmente en Twitter, pueden servirle mucho a la sociedad, pues les dan a conocer a las y los ciudadanos quiénes son los funcionarios públicos que los gobiernan, qué hacen y cómo piensan ante escenarios difíciles, pues, al ser las redes sociales “tan intuitivas, tan heurísticas, nos permiten saber cómo reaccionan las personas en contextos que salen de su control”, consideró Diego García Ricci, académico de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Ciudad de México.

Del mismo modo, si se trastoca demasiado la autonomía de las personas al hacer uso de las redes sociales, se podrían tener efectos secundarios no tan deseables en las sociedades democráticas, como la autocensura, es decir, que quienes hacen uso de las redes sociales, en este caso, los servidores públicos, empiecen a cuidar mucho el discurso de lo que postean en esos espacios digitales. Éste fue el tema que el académico del Departamento de Derecho de la universidad, trató en su conferencia ‘Privacidad y redes sociales digitales: el caso del exfiscal de Veracruz’, que dictó en el Instituto de Transparencia, Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Jalisco (ITEI).

Criticó un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En él, la Corte obligó al exfiscal veracruzano a desbloquear en su cuenta de Twitter a un periodista, luego de aceptar su argumento de que el bloqueo violaba su derecho de acceso a la información pública, porque le impedía acceder a información que el propio exfiscal tuiteaba.

El fallo de la SCJN no viola el derecho a la privacidad del funcionario, porque él fue quien hacía pública la información que quería. Sin embargo, el fallo trastoca su autonomía, porque la Suprema Corte le dice a quién debe admitir dentro de sus redes de contactos en Twitter, y, al hacerlo, le despoja de la libertad de decidir con quién interactuar en su cuenta en esa red social. Tratar de hacer una división tajante no resuelve el problema, porque las personas fluctúan entre lo público y lo privado; y lo que para unas personas es público, para otras es privado; y lo que para unas es privado, para otras puede ser público.

El Sistema Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales establece en una de sus reglas, que cuando un servidor público incluye comentarios relacionados con su función pública, su cuenta personal se vuelve pública, y por lo tanto está obligado a admitir a quien sea como seguidor. Pero si el servidor público no utiliza su cuenta para emitir mensajes relacionados con sus funciones, la cuenta permanece como una cuenta personal, y, por lo tanto, no está obligado a admitir a ciudadanos con los que no quiera interactuar. Lo que esto está provocando es que los servidores públicos que llegaban a utilizar su cuenta para comunicar aspectos institucionales, ahora estén siendo más cuidadosos y reservados respecto de sus posteos.

Otra cuestión muy debatida en las redes sociales digitales es la leyenda: opiniones a título personal, ya sea que se trate de un funcionario público, un periodista, un académico o cualquier persona que trabaja para determinada institución. Y aunque esa frase formalmente marca un deslinde de la institución en la que se labora, los posteos en Twitter siempre son a título personal, pues nadie, por su simple pertenencia, puede ser considerado vocero de una institución. Para no coartar en Twitter la libre expresión de los funcionarios públicos, ni el derecho a la información por parte de los periodistas y los ciudadanos, Es dejar que las propias reacciones vayan marcando las pautas y las reglas de comportamiento. El reto “encontrar mecanismos en donde no se pierda la espontaneidad de los servidores públicos, y al mismo tiempo, las cuentas sigan siendo utilizadas para comunicar mensajes institucionales”.