URGE REGLAMENTAR ACTIVIDADES HUMANAS PARA PROTEGER RECURSOS NATURALES DE YUCATÁN

URGE REGLAMENTAR ACTIVIDADES HUMANAS PARA PROTEGER RECURSOS NATURALES DE YUCATÁN

26 julio, 2020 0 Por Rene Davila

La situación es preocupante si se considera que esa zona no es industrial.

Fuente: UNAM 

El acuífero de la Península de Yucatán, que contiene más del 30% del agua nacional, es vulnerable a la contaminación, debido a la falta de regulación de actividades humanas, afirmó Flor Elisa Árcega Cabrera, investigadora de la Facultad de Química (FQ) en la unidad Sisal de la UNAM. Urge desarrollar estrategias para proteger los bienes naturales de esa región, pues alberga uno de los principales sistemas cársticos del país, constituidos por roca caliza (con calcio), y cuya expresión superficial más conocida, son los cuerpos de agua denominados cenotes.

La académica trabaja en el área de geoquímica ambiental y contaminación, y analiza el estado ambiental y los procesos que lo promueven. “El objetivo es conocer la vulnerabilidad de los sistemas ambiental y social de Yucatán, en colaboración con investigadores e instituciones de la región, se examina la hidrogeoquímica de la zona y los procesos asociados, considerando el contexto socioeconómico y cultural”.

En cuanto a los cenotes, permiten el acceso al agua subterránea, y por tener gran biodiversidad endémica, su valor biológico es elevado, sin dejar de lado la valía cultural e histórica. “Yucatán es altamente vulnerable a la contaminación, por lo que trabajamos con la Secretaría de Desarrollo Sustentable de la entidad, para generar una ley sobre el uso ecoturístico de los cenotes”.

Las impurezas

Los residuos urbanos y las labores antropogénicas dañan al acuífero; por ejemplo, por las actividades portuarias y presencia de agroquímicos, en lagunas costeras se encontraron metales como estaño, cadmio y arsénico. Además, se detectaron metales en la orina y sangre de niños, como resultado de usos y costumbres, de la alimentación y consumo de agua que no cumple con los estándares de calidad. Otro problema es la presencia de plomo en el suelo, debido a la práctica de la cacería. “Algunas aves como los flamencos rosados lo ingieren”.

Hace falta un mapeo isotópico del líquido a nivel regional, y un diagnóstico integral de todo el acuífero, donde se incluyan las dimensiones social y cultural. Elsa Noreña Barroso, investigadora de la misma entidad, destacó que contar con un acuífero cárstico, facilita que se filtren rápidamente los contaminantes del suelo y se muevan a través de los numerosos conductos y fracturas, llegando a los pozos de abastecimiento de agua.

Analiza las sustancias dañinas generadas en la península de Yucatán por el crecimiento poblacional, la industria y las actividades agropecuarias, las cuales pasan a los acuíferos e impactan el agua subterránea, única fuente del recurso potable para la población.

Algunos de los contaminantes que se evalúan son los hidrocarburos provenientes de actividades petroleras, combustibles e incendios; los plaguicidas empleados en la agricultura, en campañas de salud o en productos para mascotas; los trihalometanos, compuestos volátiles formados a partir de reacciones del cloro con la materia orgánica del suelo, así como los contaminantes emergentes, en los cuales se engloban los productos farmacéuticos y de cuidado personal.

Ha detectado contaminantes orgánicos persistentes y emergentes en el acuífero costero de Yucatán, como plaguicidas organoclorados y organofosforados, hidrocarburos alifáticos y aromáticos, esteroles fecales, contaminantes volátiles y principios activos de productos empleados para el cuidado personal.

Estos resultados son preocupantes si se considera que Yucatán no es un sitio con alta densidad poblacional, es poco industrial y sus actividades agrícolas son menos desarrolladas.