A CUMPLIR CON LA NORMATIVA PARA HARINAS FORTIFICADAS
27 noviembre, 2018El gobierno mexicano debe mejorar los controles.
Marcas de harina de maíz nixtamalizada como Maseca y las marcas propias de supermercados como Walmart hacen caso omiso de las recomendaciones en las normas mexicanas a la hora de adicionar sus productos. Después de presentar los resultados de la investigación sobre la fortificación de hierro de las marcas más populares de harina de maíz y de trigo disponibles en México – ‘¿Una Salud de Hierro?’ – la fundación internacional Changing Markets y la organización mexicana Proyecto AliMente, exponen las omisiones por parte de la industria de la harina y grandes cadenas de supermercados, así como la escasa supervisión y aplicación de la norma por parte del gobierno mexicano. Las organizaciones hacen un llamado a la urgente mejora del proceso de fortificación de harinas, con micronutrientes como el hierro como una medida enfocada a corregir o prevenir deficiencias en la dieta de la población en México.
Las omisiones en el cumplimiento de la ley que establece la fortificación obligatoria de las harinas con hierro en México, se convierten en un problema de salud pública, al considerar que el consumo de este producto representa una gran proporción de la dieta básica de la mayoría de la población mexicana: el maíz representa el 72% del consumo de los granos en un país donde, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud (ENSANUT) 2012, casi una cuarta parte de los niños menores de 5 años y una quinta parte de las mujeres embarazadas en México, sufren de anemia, cuya causa está relacionada con la deficiencia de hierro. Según los datos preliminares de ENSANUT 2018 presentados en el Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición.
La investigación expuso que ocho de las principales marcas de harina de maíz, incluyendo Maseca, Hari Masa, San Blas, Maizza y marcas propias de Walmart (Aurrerá), Soriana y Chedraui, no utilizan el tipo de hierro recomendado por la norma mexicana y por la Organización Mundial de Salud (OMS) para fortalecer sus productos. En el caso de las harinas de trigo, se encontró que, a pesar de que la mayoría de las empresas mexicanas utilizan el tipo de hierro recomendado en sus productos refinados, no lo hacen en sus variedades integrales. A lo que se suma que las marcas de harina de trigo importadas, como Pillsbury de General Mills, no cumplen con la legislación mexicana de etiquetar sus productos y por lo tanto, no proporcionan información alguna sobre la fortificación.
La industria de las harinas ignora voluntariamente la legislación y las recomendaciones de la OMS.
Dada la falta de respuesta hasta la fecha por parte de la industria, éstas y otras asociaciones sin fines de lucro, se dirigen por carta a los titulares, responsables y representantes de las Cámaras Nacionales de las Industrias Molineras de Trigo (CANIMOLT) y de Maíz (CANAMI), y la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) una vez más para “requerir información relativa a sus políticas de fortificación, y en particular a los mecanismos de control de calidad y su implementación,» con vistas a subsanar los fallos identificados, informó Alice Delemare de la fundación Changing Markets.
También se dirigieron al gobierno de México, concretamente a la Secretaría de Salud y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), ofreciendo sus recomendaciones acerca de la mejora del marco legislativo y su monitoreo, y a otros actores estratégicos del próximo gobierno federal, dado el papel significativo que una eficaz aplicación de la normativa puede jugar a la hora de corregir las carencias de micronutrientes en la población, añadió Yatziri Medina Zepeda de la organización Proyecto AliMente.