LAS MUJERES DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS DEBEN SER PROTEGIDAS
29 noviembre, 2018
Los derechos humanos es en sí mismo son un derecho, y nunca se debe pagar con intimidaciones o ataques.
Fuente: ONU DH-MÉXICO
Ginebra.- Los Estados deben estar a la altura de sus compromisos de proteger a las defensoras de los derechos humanos, quienes son cada vez más atacadas e inadecuadamente protegidas, dijo hoy un grupo de expertos de las Naciones Unidas, que emitió una declaración para conmemorar el 29 de noviembre como el Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos.
Como expertas y expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas, condenamos todos los ataques contra mujeres defensoras de derechos humanos. Nos preocupan particularmente aquellas que han sufrido represalias por sus esfuerzos para trabajar en conjunto con las Naciones Unidas y los organismos regionales de derechos humanos. Tomar partido del sistema internacional de derechos humanos es en sí mismo un derecho, y nunca se debe pagar con intimidaciones o ataques.
Pedimos a los Estados que cumplan con su compromiso de hacer ese trabajo, proclamado hace casi 20 años en la Declaración sobre las defensoras de derechos humanos, y reafirmado hace cinco años en la resolución 68/181 de la Asamblea General sobre la protección de las mujeres defensoras de derechos humanos. Hacemos un llamado a:
- Reconocer públicamente, a voz de las más altas autoridades estatales, la importancia y legitimidad del trabajo de las defensoras de los derechos humanos, y el compromiso de no tolerar violencia ni amenazas contra ellas;
- La revocación de cualquier legislación, así como la eliminación de cualquier medida que intente penalizar u obstruir el trabajo de las defensoras;
- Fortalecimiento de la responsabilidad de las instituciones del Estado a cargo de salvaguardar el trabajo de las defensoras;
- Investigación y castigo de cualquier forma de violencia o maltrato en contra de las defensoras, incluyendo lo relacionado con las represalias por participar con el sistema de las Naciones Unidas, y;
- Debida diligencia por parte de los Estados para garantizar la protección de los derechos humanos de las defensoras que son amenazadas por actores no estatales.
El actual contexto global de autoritarismo desenfrenado, al igual que el incremento del populismo, del poder corporativo y de grupos fundamentalistas, está contribuyendo al cierre de espacios para la sociedad civil. Esto se está llevando a cabo a través de la promulgación de leyes y prácticas que efectivamente impiden el trabajo en defensa de los derechos humanos, incluyendo la incorrecta aplicación de ciertas leyes relativas a contraterrorismo y manifestaciones públicas. En este contexto, las defensoras de derechos humanos se enfrentan a barreras adicionales de discriminación económica y estructural, así como desafíos únicos causados por la profundamente enraizada discriminación contra las mujeres, por los estereotipos arraigados en sociedades patriarcales, relacionados con el género y la sexualidad. Adicionalmente al riesgo de amenazas, ataques y en general a la violencia que enfrentan los defensores de los derechos humanos, las defensoras de los derechos humanos se encuentran expuestas a riesgos específicos tales como violencia sexual, difamación e intimidación –tanto ellas como sus familias- con el fin de disuadirlas de continuar con su valiosa labor.