CONSERVACIÓN DE ÁREAS NATURALES, PRINCIPAL REQUERIMIENTO EN CIUDADES

CONSERVACIÓN DE ÁREAS NATURALES, PRINCIPAL REQUERIMIENTO EN CIUDADES

21 junio, 2022 0 Por Rene Davila

Foto: UNAM. Carecen de lugar relevante en agenda política de manera permanente.

Fuente: UNAM

Ante la falta de reconocimiento político y social de los beneficios que aportan las áreas naturales protegidas urbanas, es necesario lograr acuerdos y la concurrencia de los gobiernos federal, estatal y municipal con la sociedad civil, para su manejo adecuado y conservación, consideró Gabriela de la Mora de la Mora, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.

Además de lo anterior y la carencia de cultura de cuidado, hay que sumar las redes de corrupción entre tomadores de decisiones y grupos de interés asociados al sector inmobiliario, que favorecen el crecimiento urbano sin planeación y la especulación en el ámbito de bienes raíces, lo cual genera impactos negativos relacionados con inseguridad, contaminación y aumento de riesgos sociales y ambientales.

En la sesión dedicada a Bosques urbanos y biodiversidad en la ciudad: gobernanza y participación ciudadana, del Seminario permanente de Ciudades Sostenibles ante el Cambio Climático: interdisciplina, sostenibilidad y justicia, la universitaria añadió: Esas áreas, en el contexto urbano, carecen de un estatus especial y en ellas se presenta pérdida de conexión con otros ecosistemas, al privilegiarse el interés económico del sector inmobiliario.

La conservación de las zonas naturales protegidas urbanas y el mantenimiento de los servicios ecosistémicos asociados, no ocupan un lugar relevante en la agenda política de manera permanente; su inclusión se debe a la presión social cuando se trata de cinturones verdes, claves para mantener servicios ecosistémicos hidrológicos y para la contención de la expansión de las urbes.

En los últimos 25 años la política de zonas protegidas, se considera la columna vertebral de la estrategia de preservación de ecosistemas y biodiversidad en México. Sin embargo, esos espacios cada vez operan con menos recursos humanos y financieros.

La Organización Mundial de la Salud ha establecido que es necesario contar con nueve metros cuadrados de espacios verdes por habitante, y que estas deberían estar a 15 minutos de distancia de la zona que habitamos; en México “no tenemos ese privilegio”. Al referirse a los casos de las ciudades de Monterrey y Guadalajara, señaló que sólo existen 3.91 y 3.5 metros cuadrados, respectivamente. La primera cuenta con 13 áreas naturales protegidas –dos federales, 10 estatales y una privada– que se ubican dentro de la urbe o en sus espacios circundantes, incluyendo el Parque Nacional Cumbres de Monterrey.

En la segunda tiene siete (una federal, una estatal y cinco municipales). Estas últimas son las de mayor fragilidad; algunas carecen de programas de manejo, presupuesto y personal.

Entre las consecuencias ecológicas se establece el cambio de uso de suelo por la urbanización y la expansión urbana; además, los asentamientos irregulares generan incidencia de incendios, fragmentación del hábitat y aumento de especies invasoras. El menor contacto con la naturaleza influye en la falta de voluntad para participar en el cuidado del ambiente.