EL AMAR Y QUERER NO ES IGUAL, LA FELICIDAD Y LA ALEGRÍA, TAMPOCO

EL AMAR Y QUERER NO ES IGUAL, LA FELICIDAD Y LA ALEGRÍA, TAMPOCO

31 julio, 2022 0 Por Rene Davila

Foto: Internet. Finlandia el país más feliz, seguida por Dinamarca y en el lugar 46, México.

Fuente: Cinvestav

Hay conceptos que a pesar de ser similares y en muchos hay conceptos que a pesar de ser similares y en muchas ocasiones son usados como sinónimos, en realidad no lo son. Por ejemplo, la alegría y la felicidad, aunque son sentimientos generados de manera similar en el cerebro, no son lo mismo, tienen características que los hacen diferentes.

Las personas siguen una curva de la felicidad que tiene forma de U, principalmente en los países de Europa y EU, donde la felicidad es más alta en la juventud, disminuye entre los 30-40 años y aumenta después de los 50, debido a los niveles económicos y la construcción social. Mientras que en México existe una estabilidad a lo largo de toda la vida, pues la estructura familiar es un factor importante en el desarrollo de esta búsqueda. Cada año se publica el Informe Mundial sobre la Felicidad, una encuesta histórica sobre el estado de bienestar mundial que clasifica a 146 países, según el grado de satisfacción que sus ciudadanos perciben en sí mismos. La última edición de este Informe clasifica a Finlandia como el país más feliz, seguida por Dinamarca, y en el lugar número 46 se encuentra México.

Durante el Primer Congreso de Gestión Cultural del 2010, se decretó al 1 de agosto como el Día Mundial de la Alegría, para reflexionar sobre la importancia de tener presente esa sensación, y su poder transformador en cada momento de la vida de los seres humanos. La alegría es una emoción momentánea y espontánea, la respuesta a una situación externa o interna, que hace sentir bien y que se manifiesta con euforia, risas o miradas que brillan, tiene una duración máxima de algunas semanas, pero su permanencia puede desencadenar la felicidad. En general se vincula con la motivación y el bienestar.

La ciencia explica la felicidad

La felicidad se puede abordar desde estados contrarios como la depresión, donde ocurre un desbalance entre sistemas. Por un lado, el individuo no entiende qué le genera placer y por el otro, no percibe lo que le hace sufrir. La felicidad es reforzar la búsqueda de eventos no nocivos, es un proceso neuroquímico que se puede estudiar desde dos sistemas cerebrales interconectados: el límbico y el extrapiramidal. En el primero, que conforma las zonas del cerebro encargadas de regular las emociones, se liberan determinados neurotransmisores. Mientras que, en el sistema extrapiramidal el núcleo accumbens (la región de nuestro cerebro que clasifica las sensaciones que percibimos), se encarga de las conductas racionales, pues es la parte que ayuda en la toma de decisiones conscientes con un objetivo fijo.

Así, en ambos sistemas de control de la felicidad se originan los neurotransmisores, aquellas sustancias químicas que genera el cerebro y que se encargan de transmitir las señales de una neurona a otra, siendo la mayoría de tipo excitatorio o inhibitorio. Pero solo el 2% de las neuronas secretan neurotransmisores que influyen directamente en la felicidad: la dopamina, norepinefrina y la serotonina. La producción de estas sustancias químicas permite modular los otros circuitos, pero pueden ser influidos por respuestas neuroendocrinas, tal es el caso del estrés, un elemento que perturba la felicidad y que produce hormonas como el cortisol, que tiene la función de disminuir la secreción de norepinefrina y serotonina.

En el caso de la depresión, los circuitos sufren un desbalance donde la dopamina, norepinefrina y serotonina, que se encuentran ligados, tienen una baja importante. Se han analizado alimentos que al ingerirse generan felicidad. Por ejemplo, pavo, plátano, garbanzo y algunos quesos ricos en triptófano y tirosina, pues ayudan a producir más neurotransmisores y hacen que su disponibilidad esté en aumento.

También hay actividades que hacen sentir al cerebro más feliz, pues ayudan a lograr un grado de satisfacción, como caminar al aire libre, hacer ejercicio, escuchar música, comer, bailar, asistir a un concierto o reunirse con amigos.

Es importante señalar que si bien, el proceso que origina la alegría puede desencadenarse como el de la felicidad, los términos no significan lo mismo. La diferencia radica en su duración, mientras la primera es un estado emocional que causa un efecto permanente y estable, con sinónimo de prosperidad o dicha; la segunda es una emoción súbita, cuya duración es proporcional a lo que dura el estímulo o el tiempo que se piensa en él, sinónimo de júbilo o gozo.