GUARDIA NACIONAL ES CIVIL POR ORDEN CONSTITUCIONAL, LO CONTRARIO TRAICIONARÍA ESE MANDATO
23 mayo, 2019Doce conclusiones.
Fuente: Ibero
‘La Guardia Nacional es civil por mandato constitucional. Todas las normas que la regulan y los procesos que la hagan operativa, deben ser controlados por la autoridad civil y por procesos de supervisión internos y externos, que además involucren a la ciudadanía. Lo contrario sería traicionar el mandato constitucional’; es una de las 12 conclusiones principales emitidas ayer durante la Clausura de la ‘Conferencia Internacional Seguridad Ciudadana: la vía civil’, organizada por la Universidad Iberoamericana (Ibero) Ciudad de México y otras instituciones.
Ernesto López Portillo, coordinador del Programa de Seguridad Ciudadana de la universidad, fue el encargado de dar lectura a las conclusiones:
- La política de seguridad pública, enfocada principalmente en el uso de la fuerza y la intervención militar, no ha sido la vía eficaz para recuperar la seguridad y la paz.
- La vía de recuperación de la seguridad y la paz, es la seguridad ciudadana, paradigma que debe ser sometido a debate en sus alcances, y coloca en el centro a las personas y sus derechos fundamentales, privilegia la mayor inversión posible en la prevención y construye instituciones policiales auténticamente orientadas al servicio y la protección de la gente, en especial a las de mayores condiciones de vulnerabilidad.
- Las autoridades, la investigación científica y el activismo social, deben construir procesos colaborativos sostenidos en el tiempo, orientados a encontrar alternativas eficaces y legítimas para la seguridad, con derechos humanos. Hacen falta alternativas viables y creíbles para las mayorías.
- La construcción y análisis de la evidencia, debe tomar un lugar protagónico en el proceso de aprendizaje por autoridades y sociedad en general. Deben buscarse incansablemente los formatos de interlocución, que validen colectivamente la relevancia de la evidencia para la toma de decisiones.
- Las lecciones internacionales son contundentes a favor de la construcción local de la seguridad. México, y deben ser visibilizadas y multiplicadas, y la Guardia Nacional debe contribuir a su fortalecimiento.
- La intervención de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública, sólo será con el liderazgo civil incuestionable, no sólo sobre políticas de seguridad sino respecto al sistema político en su conjunto.
- El eje de sentido de la seguridad ciudadana son las personas, en especial quienes están en mayor riesgo de ser o han sido víctimas de la violencia, y de violaciones graves a los Derechos Humanos, y su columna vertebral es la transparencia y la rendición de cuentas.
- La Guardia Nacional y todas las instituciones policiales deben hacer parte y a la vez seguir los parámetros de una política integral de seguridad ciudadana, y no al revés. La política pública de seguridad debe estar a cargo de liderazgos civiles profesionales competentes.
- La Guardia Nacional es civil por mandato constitucional. Las normas y procesos que la hagan operativa, deben ser controlados por la autoridad civil y procesos de supervisión internos y externos, que involucren a la ciudadanía. Lo contrario sería traicionar el mandato constitucional.
- La dimensión de la crisis de violencias, delincuencia y violaciones graves a los derechos humanos, debe ser enfrentada no sólo con medidas simultaneas de saneamiento y profesionalización de los aparatos de seguridad y justicia penal, sino también con un proyecto de justicia transicional con intervención internacional.
- La Constitución ordena terminar en cinco años la intervención militar en la seguridad pública. De no haber una ruta pública, precisa, existe el riesgo del uso de la fuerza e intervención militar.
- Los sistemas interamericano y universal de los derechos humanos, deben cumplir un rol protagónico en la ruta de la vía civil.