IDENTIFICAN MATERIALES DE LA MÁSCARA DE LA REINA ROJA DE PALENQUE

IDENTIFICAN MATERIALES DE LA MÁSCARA DE LA REINA ROJA DE PALENQUE

19 diciembre, 2020 0 Por Rene Davila

Foto: UNAM. Con técnicas de espectroscopías Infrarroja y Raman, y fluorescencia de rayos X.

Fuente: UNAM 

A través de tecnología innovadora, no es invasiva, integrantes del Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y la Conservación del Patrimonio Cultural (LANCIC), en su sede del Instituto de Física (IF) de la UNAM, determinaron que la máscara de la llamada Reina Roja, frecuentemente asociada con Tz’ak-b’u Ajaw, esposa de Pakal, fue hecha de malaquita, y que sus orejeras y ojos son de jadeíta y obsidiana.

Al ser descubierto el suntuoso entierro de quien fuera esposa de Pakal el Grande –el gobernante más importante de la ciudad maya de Palenque–, se creyó que la ofrenda funeraria era de jade. Hoy, 26 años después, fue posible identificar su composición gracias a varias campañas de estudio no invasivo de la ofrenda funeraria (tres de ellas in situ y un análisis en el laboratorio solamente de la máscara funeraria), mediante técnicas denominadas espectroscopías Infrarroja y Raman para identificación de minerales, y de fluorescencia de rayos X para caracterización elemental.

Una segunda etapa de indagación en la máscara principal de la ofrenda se llevó a cabo con la emisión de rayos X inducida por partículas (PIXE) para un análisis elemental adicional. De esta manera, los expertos encabezados por José Luis Ruvalcaba Sil, coordinador del LANCIC, determinaron la composición de la pieza, que “sorprendentemente es de malaquita en su mayor parte y contiene jadeíta blanca en la esclerótica de los ojos”.

Además de la máscara principal, se caracterizó la composición de los demás elementos del ajuar. La mayoría de las teselas de la máscara acompañante son de cuarzo verde, mientras que las piedras verdes presentes en los pendientes, la diadema, el pectoral y el collar contienen fundamentalmente jadeíta, onfacita y albita, o una mezcla de ellos. Las cuentas verdes del tocado son exclusivamente de onfacita. Las cuentas de color amarillo anaranjado en la diadema, el collar y el pectoral fueron identificadas como cuarzo. 

Los resultados de la investigación, que comenzó en el 2010 en colaboración con los arqueólogos Arnoldo González y Martha Cuevas, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, fueron dados a conocer hace unos meses en la revista internacional Spectrochimica Acta A, e implican una selección especial y el uso de materias primas únicas para el entierro de la Reina Roja, diferentes a las utilizadas para otros gobernantes de Palenque y demás sitios mayas contemporáneos.

“La piedra verde era más importante para los mesoamericanos que el oro; era uno de sus materiales más reverenciados y escasos”, explicó Edgar Casanova González, también miembro del LANCIC.

Estudio del patrimonio

Pintura rupestre en cuevas o farallones, o mural, en zonas arqueológicas, pero también sobre tabla o lienzo; objetos de lítica prehispánica; esculturas de diferentes épocas; metales; manuscritos; textiles; códices y cualquier objeto que forme parte del patrimonio cultural de México, es estudiado desde el punto de vista material con técnicas de análisis no destructivas por parte de expertos del LANCIC. 

Edgar Casanova explicó que en el LANCIC-IF se emplean técnicas espectroscópicas, en su mayoría portátiles con las cuales se obtiene la mayor información posible de cada pieza de estudio, sin tomar muestras o provocar algún daño. 

El grupo del IF se especializa en realizar los estudios in situ. “La gran mayoría de los equipos que tenemos son de técnicas de imagen o espectrómetros portátiles. Es decir, combinamos técnicas que utilizan luz visible, ultravioleta, infrarroja, rayos X o imagen 3D, con espectroscopías de distintos tipos, para obtener información de la composición atómica y molecular de un objeto. En algunos otros casos se necesita utilizar microscopía óptica o electrónica en el laboratorio”.

En las espectroscopías se utiliza luz que interactúa con el objeto de estudio para medir su respuesta a la incidencia de esa luz; es decir, se estudia la interacción entre la radiación electromagnética y la materia. Así, al utilizar espectroscopías atómicas es posible saber qué elementos químicos están presentes, porque cada uno emite señales características que se pueden detectar. 

“A veces, con saber la composición elemental, podemos inferir qué sustancia está presente; pero en ocasiones eso no es suficiente. Entonces hacen falta espectroscopías que den más información, como la infrarroja y la Raman, en las cuales uno manda un haz de luz que provoca que las moléculas del objeto de estudio vibren; la luz que se dispersa por esa vibración también es característica de los enlaces y los grupos funcionales que tiene cada molécula, y eso nos permite deducir su identidad”.