LA FIESTA DE LA SANTA CRUZ O EL MÉXICO POSREVOLUCIONARIO

LA FIESTA DE LA SANTA CRUZ O EL MÉXICO POSREVOLUCIONARIO

7 noviembre, 2022 0 Por Rene Davila

Foto: UNAM. La reconstrucción de la nación por obreros y albañiles.

Fuente : UNAM

Los inicios del muralismo mexicano no pueden entenderse sin la figura de Roberto Montenegro, artista nacido en Guadalajara, Jalisco, el 19 de febrero de 1881. Para Rebeca Barquera, doctora en Historia del arte y profesora en la Facultad de Filosofía y Letras, el pintor “es un personaje muy importante. Tiene una formación que lo acerca a la pintura del paisaje, a la experimentación con técnicas pictóricas –como la acuarela, el pastel–, y es parte de un grupo de estudiantes que se forma alrededor de Félix Bernardelli, un artista llegado de Brasil. En ese grupo estaban también Jorge Enciso, el Dr. Atl, José María Lupercio –fotógrafo– y otros artistas que, cuando vienen a Ciudad de México, a principios del siglo XX, van a cambiar las maneras de la Academia de San Carlos”.

Recordó en entrevista que Montenegro y Diego Rivera, quienes iniciaron con sus trazos el movimiento muralista, compartieron aulas en San Carlos: “Ahí, al final de cada curso, hay un concurso para ver quién se va pensionado a Europa. Quien ganó el concurso fue Roberto Montenegro, no Diego Rivera. Es el artista que está siguiendo las formas de la Academia, el dibujo, la línea y los temas. Él es el premiado y se va. Diego después conseguirá también irse, pero por otros medios”.

Orígenes

Durante su estancia en Europa, Montenegro visita algunas de las capitales más famosas de aquel continente, en las que desarrolla un gusto especial por el art nouveau y las líneas ondulantes, elementos centrales de su obra artística. También realizó sus primeros murales en aquellas tierras; en 1917 le es encomendado decorar uno de los salones del Círculo Mallorquín –un edificio ubicado en Palma de Mallorca, España–. La obra conocida como Alegoría de las Baleares muestra algunos de los rasgos que Montenegro usará en su regreso a México, en específico su gusto por retratar los tipos populares.

Ese gusto por lo popular, “es lo que va a llamar la atención de José Vasconcelos para invitarlo a representar los tipos nacionales a partir de figuras alargadas, que mezclan las formas europeas con características cercanas al arte popular. Él, se interesa por las artesanías de Tonalá, va a estar involucrado también en el fomento para crear esas piezas y lo va a retratar en su producción. El primer mural, El árbol de la vida, está hecho al temple, una técnica tradicional, y ahí conjunta figuras fitomorfas y algunos animales que recuperan las formas de las artesanías”.

“Acompañado de Jorge Enciso –también de Guadalajara– y Javier Guerrero –que no es de Guadalajara, pero lo conocen allá– van a conjuntar la pintura con el azulejo, con el vitral y forman toda una propuesta en la Sala de Discusiones Libres, espacio que fue –el templo de San Pedro y San Pablo, mismo lugar donde se encuentra La fiesta de la Santa Cruz–. Estos primeros murales de Montenegro están relacionados no sólo temáticamente, sino también espacialmente”.

El mural

El Ex-Colegio de San Pedro y San Pablo fue construido en 1572 y actualmente alberga el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble. Es en sus paredes que Montenegro pintó La fiesta de la Santa Cruz que, como su nombre indica, tiene como tema central la festividad que celebran los trabajadores de la construcción entre el 27 de abril y el 4 de mayo. La elección de la temática no fue fortuita y representa las ideas que bullían en el país tras el periodo revolucionario. “

Varios críticos, que escriben en los treintas, establecen que el tema del programa general del cubo es la reconstrucción de la nación por los obreros y albañiles. Hay un tema latente: el de la arquitectura y cómo un artista plástico se posiciona ante las discusiones que hay sobre la arquitectura de esa época. No saben si van a recuperar formas prehispánicas –porque empiezan a mezclar cosas mayas con mexicas y distintas culturas–, o van a recuperar la arquitectura colonial –que es la tendencia de Vasconcelos– u otros artistas e industrias –como Federico Sánchez Fogarty, la empresa Tolteca y la revista Cemento, que es más bien pensar en la materialidad de la modernidad–”.

Entre las figuras y elementos que pueden apreciarse en el mural se encuentran un soldado, un campesino y un obrero en la zona inferior izquierda; junto a ellos es posible observar a una mujer –quien porta el escudo de la Universidad– interactuando con una niña –le entrega un libro–; a ellas les acompañan otras tres mujeres –representantes de las artes–; y en la parte superior se encuentran los retratos de dos historiadores: Artemio del Valle Arizpe y Francisco de Icaza.