LA IBERO NO SIGUE LA LÓGICA ECONÓMICA DE LA CIENCIA OCCIDENTAL

La investigación ha constituido uno de sus elementos centrales.

Genera conocimientos para transformar y mejorar la realidad.

Fuente: Ibero

“Los conocimientos occidentales han tenido su origen en la búsqueda de una mayor rentabilidad del capital”, por lo que en general, “la ciencia que se ha hecho ha tenido como lógica la expansión del beneficio económico y de los mercados”, señaló David Fernández Dávalos, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Ciudad de México. Empero, esa, no es la investigación que ha hecho la universidad, porque desde sus inicios se ha dado cuenta “que hay conocimientos que se tienen que generar en bien del conjunto de la población, en bien de la reconciliación con la naturaleza, en bien de la reconciliación de los seres humanos”.

En la inauguración de la exposición ‘Universidad Iberoamericana generadora de conocimiento’ -montada en la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero-, dijo que ésta da fe de que desde el momento en que la universidad vio la luz, la investigación ha constituido uno de sus elementos centrales, “en la medida en que queremos una universidad no sólo que transmita conocimiento, sino que también pueda generarlos; de suerte que con ellos podamos incidir en la realidad, para transformarla y hacerla mejor”.

La muestra coincidió con la publicación y presentación del libro. Testigos y actores en busca de afinar su polifonía, una estupenda obra que recoge lo que ha sido la trayectoria investigativa “de nuestras principales luminarias académicas en la universidad”.

“Lo que este libro y la exposición manifiestan, es que el espíritu de investigación de la universidad, además de estar desde el principio, ha sido peculiar y ha sido distinto al que ofrecen otros centros de investigación o universidades. Que pone en el centro a la realidad o que pone en el centro al bien común; eso nos distingue y eso también está testificado por quienes han sido los y las investigadores en esta universidad”.

Añadió que, siendo herederos de esta tradición a favor de la investigación, ésta se ha querido relanzar al futuro, para que la universidad adquiera la mayoría de edad, “en la medida en que realiza investigaciones de mayor amplitud, de mayor calidad y con mayor incidencia en la realidad”. “Somos herederos de una tradición, nos toca entregarla a las siguientes generaciones; en eso consiste la labor educativa y la labor de una universidad. Recogemos la estafeta, la cargamos en un momento y la entregamos a quienes vienen después”. Esta tarea la hacen las investigadoras y los investigadores, quienes alcanzan a ver más lejos que las generaciones anteriores, ya que como decía Isaac Newton, ‘caminamos a hombros de gigantes’; por lo que las generaciones que vienen después “verán igualmente más lejos que nosotros”.