LAS DUNAS COSTERAS, PRESTADORAS DE SERVICIOS AMBIENTALES

LAS DUNAS COSTERAS, PRESTADORAS DE SERVICIOS AMBIENTALES

16 julio, 2018 0 Por Rene Davila
Además de brindar una imagen dinámica al entorno, son refugio de plantas y animales.

De suaves y sinuosas formas hasta regias formaciones.

El cambio de uso de suelo y el fenómeno conocido como opresión costera, son algunas de las amenazas a las que se enfrentan estos ecosistemas, que protegen las costas ante tormentas, huracanes y tsunamis.

Fuente: Academia Mexicana de Ciencias

En México existen alrededor de 800 mil hectáreas de dunas costeras, ambientes diversos y dinámicos que, a diferencia de los manglares o los arrecifes de coral, no están conservados ni protegidos pese a estar en constante riesgo.

Las dunas costeras son acumulaciones de arena expuestas a la acción del viento que pueden alcanzar diferentes alturas, desde 30 centímetros hasta 40 o 100 metros. La Comisión Nacional Forestal (Conafor) señala que en el territorio mexicano las dunas se encuentran en las costas de 17 estados, principalmente en Baja California, Baja California Sur, Sonora, Jalisco, Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo, Yucatán y Campeche.

Aunque la superficie total de dunas costeras en México representa alrededor del 2% del territorio, es ahí donde se halla el 10% de la diversidad de plantas del país, así como una gran riqueza de animales. Además, estas acumulaciones de arena brindan diversos servicios ambientales como purificar el agua y proteger la costa ante tormentas, huracanes y tsunamis, resaltó la investigadora María Luisa Martínez Vázquez, del Instituto de Ecología (Inecol).

 Una duna costera se forma cuando existen obstáculos, (piedras, ramas o plantas) que afectan la velocidad del viento y, por tanto, disminuyen el movimiento de la arena. Cuando esto ocurre, la arena en suspensión se precipita y se acumula alrededor del objeto. En el caso de las plantas, estas tienen la capacidad de crecer conforme se acumula más arena y de esa manera dar estructura y soporte a la duna. Las dunas no solo son diferentes en cuanto a tamaño y forma, sino también a las distintas especies que las habitan, como las plantas, pues las que se encuentran asociadas a las dunas ubicadas en el Golfo de México son distintas a las del Caribe, a las de Baja California o a las del Pacifico Sur.

Sin embargo, aunque las plantas que habitan las dunas son diversas, sus ciclos son parecidos, pero solo unas pocas especies son las que logran colonizar la arena móvil de las dunas, ya que, además del movimiento de la arena, en ese ambiente el agua y los nutrientes son escasos y solo unas cuantas toleran esas condiciones, indicó Martínez Vázquez, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.

 Las llamadas “psamófilas” (que ‘aman la arena’) son las primeras colonizadoras de la arena móvil; conforme crecen y cubren la arena con su follaje contribuyen a que se estabilice la duna, y con menos movimiento de arena también hay más humedad y cantidad de nutrientes. Estas nuevas condiciones permiten que otras plantas empiecen a colonizar la duna. Las plantas que llegan modifican otra vez el ambiente y favorecen la presencia de más especies, constituyendo de esta manera el proceso que se conoce como sucesión.

Dada la importancia ecológica de las dunas costeras, es relevante estudiar los factores que las afectan. Uno de ellos es la opresión costera, un fenómeno que ocurre en las costas que tienen desarrollos turísticos y urbanos (muchas veces sobre las dunas), lo que ocasiona que la playa —que está entre el mar y la infraestructura urbana— sea empujada por el oleaje y no pueda moverse tierra adentro a causa de las construcciones. Este fenómeno no solo elimina a los ecosistemas costeros, sino que aumenta el riesgo de inundaciones al que están expuestas las poblaciones que viven en esas zonas.

Existen diversas opciones para desarrollar un complejo turístico o urbanístico en las costas de manera equilibrada; es decir, que se puedan tener ciudad y dunas, plantas, animales y playa. “En las playas de otros países las construcciones están a una determinada distancia de la línea de costa y los turistas caminan hacia la playa a través de puentes y así no pisan ni dañan nada”.