LOS LOGROS O FRACASOS DE MI EQUIPO FAVORITO, TAMBIÉN SON LOS MÍOS

LOS LOGROS O FRACASOS DE MI EQUIPO FAVORITO, TAMBIÉN SON LOS MÍOS

29 enero, 2022 0 Por Rene Davila

Foto: UNAM. En los estadios, el individuo pierde su identidad y se incorpora a la de un grupo y sus reglas.

Fuente: UNAM

El futbol “coloniza” espacios de otras entidades que son mal vistas por la sociedad. Hay gente que en vez de hacer crítica o participar en política, prefiere ser parte de una afición, que es un rasgo identitario social compartido con alguien más, señaló el académico de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Erik Salazar Flores.

Además de la personal, tenemos identidades adquiridas durante nuestro desarrollo en la sociedad. Las colectivas nos dan sentido de pertenencia a una familia, partido político, grupo religioso o equipo. Sin embargo, en este deporte no se trata sólo de identificarse con tal o cual conjunto deportivo, sino que su afición me reconozca como parte de ella, de su “barra brava”.  

En consecuencia, “lo que hace el equipo lo estoy haciendo yo, y si hay un gol a favor, festejamos y decimos: metimos un gol, ganamos. O al revés: perdimos”.

Placer y sufrimiento

Gritar “ganamos” tiene un efecto a nivel cerebral parecido al de una droga. Detona la secreción y liberación de oxitocina y dopamina, hormonas asociadas al placer. Que gane mi equipo me alegra “porque estoy triunfando”, pero me hace más feliz, por mi mexicanidad, si la Selección Nacional derrota a la de un país rico. El sentimiento por la derrota refuerza la identidad compartida pues el otro, que también es aficionado de mi equipo, sufre conmigo.

La afición en el estadio no son individuos sino todo un ser social, articulado, que puede actuar coordinadamente para hacer una porra y gritar todos al mismo tiempo. Al efectuar la ola “expresamos que no somos uno solo”.

Con la pandemia por la COVID-19, el aislamiento y los partidos de futbol en estadios casi vacíos, “sí hay pierde” porque el ser humano está diseñado para interactuar cara a cara. Es diferente cuando la interacción está mediada por una pantalla.

Colonizada por el futbol

En el balompié la derrota se vive como una afrenta, y por eso hay eventos violentos. Esto también ocurre porque en los estadios se da una “desindividualización”, no hay responsabilidad personal porque estamos en grupo. En algún equipo anclamos nuestra identidad para desarrollarnos, y nuestra lucha que debería estar en otro lado, de algún modo, está anclada o “colonizada por el futbol”.

La afición es machista-homofóbica cuando grita “puto”, que es un grito de cobardía. “Esta palabra principalmente significa homosexual, por lo menos en la cotidianidad. Y va de la mano del machismo”.

Algunos les preocupan que por esta expresión el seleccionado de México podría no participar en la próxima copa mundial y ser vetado de estadios, pero lo que nos debe inquietar más es que se exprese ese grito homofóbico, porque es degradante y un insulto a una orientación sexual. Además, describe perfectamente buena parte de lo que somos como sociedad, con quien es diferente a “la normatividad dominante, que es la heterosexual”.