LOS SISMOS Y CÓMO MEJORAR INMUEBLES

Los avances en ingeniería han llevado al diseño de edificios cada vez más resistentes a los terremotos.

La Ciudad de México ha enfrentado a lo largo de la historia una amenaza constante e impredecible: los terremotos. Localizada en una zona sísmica activa, la ciudad ha sufrido devastadores sismos en el pasado, que han dejado huella en la comunidad y en su infraestructura.

A lo largo de los años, la experiencia adquirida y los avances en ingeniería han llevado al diseño de edificios cada vez más resistentes a los terremotos, siendo un ejemplo mundial de adaptación y progreso en la arquitectura.

El sismo más devastador fue en 1985. Este desastre dejó miles de muertos y la ciudad en ruinas. Sin embargo, fue un punto de inflexión en la conciencia pública y gubernamental sobre la necesidad de edificios más seguros. Después del sismo, se implementaron estrictas regulaciones de construcción para garantizar la resistencia sísmica de los edificios. Estas normativas incluyen especificaciones detalladas sobre materiales, diseño y pruebas de resistencia, y han sido clave para mejorar la seguridad de los inmuebles.

Los arquitectos y constructores en la Ciudad de México han trabajado en estrecha colaboración con ingenieros, para desarrollar diseños estructurales más avanzados. Se utilizan sistemas de amortiguación sísmica, cimentaciones profundas y materiales de alta tecnología para reforzar la resistencia de los edificios. Con ejemplos emblemáticos de edificios diseñados con tecnología de punta en resistencia sísmica, como la Torre Mayor y la Torre Reforma. Estas estructuras son testimonios de cómo la ingeniería moderna puede proteger a la población en caso de un terremoto.

En 2017 el mercado inmobiliario corporativo respondió eficazmente para atender a las empresas afectadas para reubicarse, así como los movimientos subsecuentes de compañías que buscaron migrar a espacios de mayor calidad y técnica constructiva (“fly to quality”) capaz de proveer una mayor seguridad ante este tipo de fenómenos.

La migración a espacios clase A, se dio debido a que el mercado comprendió que un edificio clase A no solo presenta una mejora en términos de imagen e infraestructura, sino que también se encuentra ligado a diferencias sumamente relevantes en términos de preservación de vida, ya que los inmuebles de nueva generación cuentan con sistemas inteligentes de detección temprana de emergencias, y herramientas electrónicas para facilitar la evacuación de las instalaciones, aunado a una tecnología constructiva que supera al reglamento de la Ciudad de México, que tiene estándares muy altos

De acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Social, un total de 11 mil 495 inmuebles resultaron dañados en los sismos de 2017, sin embargo, de estos, sólo 35 edificios corporativos presentaron una afectación significativa y 6 se derrumbaron, todos de clasificación C, para espacios inmobiliarios comerciales.

La educación continua sobre cómo actuar durante y al finalizar un terremoto y la importancia de crear edificios seguros, han sido factores cruciales en la reducción de accidentes y daños en la ciudad. Se realizan campañas en forma regular para mantener informada y precavida a la población.

La Ciudad de México ha experimentado una gran transformación a la resistencia de sus edificios a lo largo de los años. Todo esto a través de lecciones aprendidas, tragedias pasadas, regulaciones estrictas, innovación en diseño y educación pública. La ciudad se ha convertido en un modelo a seguir en la construcción de edificios capaces de resistir terremotos. Aun así, la persistente amenaza sísmica continúa y siempre hay que estar al pendiente de los avances en la ingeniería y la arquitectura, para construir lo más seguro posible, señaló Newmark.