¿POR QUÉ NOS CUESTA TANTO HABLAR DE LA MUERTE?

¿POR QUÉ NOS CUESTA TANTO HABLAR DE LA MUERTE?

28 octubre, 2021 0 Por Rene Davila

Foto: UNAM. Que una persona deje de existir nos ocasiona dolor y angustia.

Fuente: UNAM

La Medicina no siempre puede hacer todo como quisiéramos para salvar la vida de las personas, de ahí que la emergencia sanitaria nos permite valorar la necesidad de hablar con nuestros seres queridos y despedirnos a tiempo, afirmó María Asunción Álvarez del Río, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

Aunque la muerte siempre ha causado miedo y angustia, ante ese momento difícil las personas se arropaban de rituales y se valían de palabras para acompañarse, y hacer el proceso más llevadero. Eso era lo natural. Hoy, en cambio, se vive una situación muy diferente. Por qué cuesta tanto trabajo hablar del tema si forma parte de la vida. “De entrada, el hecho de que nos causa dolor; la separación, que la persona deje de existir nos produce angustia”.

Y en lugar de ver cómo enfrentamos eso que duele y preocupa, en la sociedad occidental hemos ido cayendo en una cuestión de negación. “Es como si no quisiéramos ver, entonces no hablamos para evadir el tema. Queremos hacer como que no está, lo minimizamos; eso es lo que aprendimos y lo que enseñamos, a menos que cambiemos”.

Gracias a los avances de la Medicina y la tecnología, se ha logrado que la expectativa de vida sea mayor que en el pasado; con ello, también comenzamos a ver la muerte más lejana. Ahora se confía casi ciegamente en que los médicos pueden hacer algo por el paciente, pero también que ellos se ocupen de la muerte. La pandemia nos ha recordado que no es así, que la Medicina no siempre puede hacer algo.A pesar de nuestra actitud de negación y de evasión, de exigir a los doctores que hagan lo imposible, hay que entender que llega un momento en que la muerte no se puede evitar.

Lo que se puede hacer y de eso somos responsables como pacientes, familiares y personal de salud, es que el deceso sea mejor. Para que eso sea posible, necesitamos aprender a hablar de la muerte y de preferencia antes de estar en una situación de gravedad, así como pensar en qué circunstancias no querría vivir, en qué situación no tendría caso que se prolongue la vida, y que familiares y médicos lo sepan.Así, cuando fallecer sea inevitable, se puede hacer el esfuerzo para que ese momento llegue de la mejor manera y nos podamos despedir, en beneficio de la persona que se va y de quienes le sobreviven, quienes de ese modo podrán llevar mejor su duelo.

Sin ocultarlo

Al referirse a los niños, expuso que con la negación que predomina “es muy fácil que tengamos la idea de que hay que protegerlos, y es lo peor que les podemos hacer porque tienen curiosidad y sensibilidad”.Cuando enfrentan situaciones de este tipo hay que atender a sus preguntas, darle explicaciones a su nivel, y desde una actitud serena para que vean que pueden seguir preguntando y que van a obtener respuestas.Es un error querer protegerlos ocultándoles lo que pasa, o al darles explicaciones que solo los confunden como “tu abuelito se durmió”, y luego el pequeño tiene miedo de dormir porque cree que ya no va a despertar. O decir: “tu abuelita se fue”, porque se preguntará si lo hizo por su culpa o por qué no se despidió.

Es importante comentarles que un cuerpo se gasta y no puede vivir más; ellos lo entenderán.Cuando se registra una muerte importante para la familia, hay que incluir a los pequeños y permitirles formar parte del dolor que todos sienten y hacer el duelo necesario. “El niño va a aprender que esos aspectos forman parte de la vida y que se llevan mejor cuando no se sienten excluidos”. Para todos, tener acompañamiento significa que, aunque el miedo y el dolor siguen, se reducen.