
SEMILLAS ANCESTRALES CON POTENCIAL DE INCREMENTAR SACIEDAD Y REDUCIR SOBREPESO
11 marzo, 2021Infografía: Cinvestav. Linaza, chía, comino negro, girasol, ajonjolí y calabaza.
Fuente: Cinvestav
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que el Continente Americano tiene la mayor cantidad de población del mundo con sobrepeso (62.5 por ciento) y cerca de una tercera parte con obesidad.
En torno a la situación actual con la covid-19, autoridades en el Sector Salud, han mencionado que las personas con obesidad severa tienen más riesgo de hospitalización, cuidados intensivos, ventilación mecánica o incluso la muerte, debido a que la obesidad facilita el desarrollo de trastornos metabólicos como diabetes, enfermedades cardiovasculares y crónicas como accidentes cerebrovasculares, osteoartritis y algunos cánceres.
Junto con el ejercicio y una dieta baja en azúcares y carbohidratos, las grasas saludables son algunos factores clave para prevenir la obesidad y el síndrome metabólico. Algunos compuestos bioactivos o nutracéuticos de semillas ancestrales se han relacionado con la pérdida de peso, como inhibidores de enzimas involucradas en la digestión y absorción de grasas, además de supresores del apetito.
Un grupo de investigación del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Irapuato, encabezado por Octavio Paredes López, propuso identificar y estudiar algunos de los cultivos más antiguos, distribuidos en forma global y con mayor potencial para incrementar la saciedad durante el consumo de alimentos. Estos seis cultivos, cuyas semillas tienen las propiedades señaladas, son la linaza, chía, comino negro, girasol, ajonjolí y calabaza.
Estas semillas tienen compuestos bioactivos como los ácidos grasos, esteroles, compuestos fenólicos y fibra dietética, que con su consumo frecuente han demostrado principalmente la capacidad de aumentar la saciedad, ayudando al control de la obesidad, y consecuentemente a prevenir otros síndromes metabólicos. Un aspecto interesante es que, dentro de estos seis productos agroalimentarios funcionales seleccionados, dos de ellos son originarios de Mesoamérica (chía y calabaza).
Este tipo de semillas son fuentes naturales de ácido alfa-linolénico (ALA, X-3), fibra, proteínas de alto valor biológico y antioxidantes naturales, que han mostrado funciones biológicas como antiinflamatorio, anticancerígeno, antimicrobiano, antitrombótico y modulador de la saciedad. La linaza (Linum usitatissimum), se ha convertido en un atractivo alimento nutricional debido a su contenido alto de ALA, fibra dietética, secoisolariciresinol diglicósido (SDG, un antioxidante fitoestrogénico) y proteínas.
Las semillas como la chía (Salvia hispánica) que libera mucílago (fibra soluble), la de girasol (Helianthus annuus), de sésamo (Sesamum indicum) y la de calabaza, poseen propiedades que podrían ayudar a mantener el control glucémico y la saciedad. Por tanto, su capacidad para mejorar el estrés oxidativo y la dislipidemia conduce a la reducción de las afecciones cardíacas en pacientes obesos.
Todas estas semillas, provenientes de plantas de floración anual, se emplean como ingredientes alimenticios y botanas que reducen el apetito, ayudan a la digestión y aumentan la saciedad después de las comidas, son fuente rica de vitaminas y proteínas, bajas en carbohidratos; a diferencia del comino negro (Nigella sativa) que se utiliza comúnmente como especia, y que el extracto de su semilla ha demostrado su capacidad para aumentar la secreción de insulina e inducir proliferación de células B pancreáticas.
Es importante señalar que ningún alimento, por sí solo, puede conducir con éxito a la pérdida de peso; para obtener mejores resultados, es necesario seguir planes dietéticos equilibrados, con una amplia variedad de alimentos saludables y bajos en calorías, acompañado de ejercicio físico.