UN RETROCESO, LAS POLÍTICAS DE EDUCACIÓN DE JAIR BOLSONARO

UN RETROCESO, LAS POLÍTICAS DE EDUCACIÓN DE JAIR BOLSONARO

2 junio, 2019 0 Por Rene Davila
Decisiones catastróficas en el corto, mediano y largo plazos.

Intervenir las universidades, volver a la dictadura militar.

Ponen en riesgo el proyecto de futuro de Brasil.

Fuente: UNAM

Las decisiones del presidente brasileño Jair Bolsonaro de recortar el presupuesto a la educación, formar menos científicos, humanistas y alumnos a nivel maestría y doctorado, así como atentar contra la autonomía universitaria, son un retroceso e impiden que ese país tenga un proyecto a futuro, afirmó Regina Crespo, académica del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), de la UNAM. Si la formación de cuadros científicos, humanísticos y sociológicos se retira de un plan de gobierno, se impide que la nación tenga un proyecto a futuro, que las condiciones de vida sean mejores para su propia población, y que el país tenga un papel más protagónico en términos internacionales. En definitiva, es un retroceso, remarcó la también doctora en Historia Social por la Universidad de São Paulo.

Estas políticas, así como la propia llegada de Bolsonaro a la presidencia, son parte de la ola de derechización que se vive en todo el mundo, del movimiento global de demonización de las izquierdas, del fuerte anti intelectualismo y de descalificación de la política como la herramienta legítima de cambio social. Todo ello contribuye a potenciar radicalismos, y ha dado lugar incluso a manifestaciones de rasgos fascistas. Es un camino preocupante. Los riesgos de retroceso son muy grandes en el sentido de impedir el propio ejercicio del pensamiento crítico. El gobierno brasileño ha congelado el presupuesto a la educación, recortado en 30 por ciento los recursos a las universidades públicas e institutos técnicos; investigaciones de punta están amenazadas, hospitales-escuelas pueden ser cerrados. Además, el ministro de Educación, Abraham Weintraub, ha llegado a afirmar que ya no se requiere formar a más personas con doctorado, pues Brasil ya tiene suficientes.

Para un país que durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores experimentó una política de avance en términos educativos y científicos, esa conducta es una regresión. De igual forma, el gobierno ha afirmado que debe “combatir el socialismo” y apoyar sólo las escuelas y carreras que preparen a los jóvenes para el mercado de trabajo, y no para la militancia política. Así, plantea dejar de lado licenciaturas como Filosofía y Sociología. Esto último, refleja una visión sesgada de la educación.

El gobierno trata de cerrar los cursos de Filosofía y Sociología, que en este momento deberían ser los más importantes: hay que pensar qué ocurre en el país, las humanidades no son perfumería ni proselitismo, deben ser parte del pensamiento cotidiano. La sociedad necesita reflexionar sobre su contexto, debemos entender lo que vivimos para ser mejores ingenieros, médicos o enfermeros. Tenemos que trabajar juntos humanidades y las llamadas ciencias duras, para lograr un mundo de diálogo y vivir mejor. Al pretender formar mano de obra para el mercado, el gobierno brasileño busca justamente impedir la formación del necesario pensamiento crítico.

Respecto al Decreto 9794 con el que se pretende facultar al presidente para intervenir en las designaciones de rectores, auditores y demás autoridades de las universidades, señaló que implica volver a los viejos tiempos de la dictadura militar (1964-1985), en que las instituciones de educación superior sufrieron “la mano dura del Estado”. Esos viejos tiempos parecían haberse superado con el fin de la dictadura y la promulgación de la Constitución ciudadana de 1988 –que significó un avance en términos de los derechos humanos, políticos, la búsqueda de la justicia y el ejercicio democrático-, que dio a las universidades una apertura al nuevo estado de las cosas en Brasil. América Latina tiene mucho que aprender de la situación brasileña, en la que los medios de comunicación han jugado un papel importante para estructurar y fortalecer los conservadurismos.