ACABAR CON PROCESOS UNILATERALES PARA TRANSFORMAR A MÉXICO

México es fundamentalmente un país de víctimas que exigen ser escuchadas, visibilizadas y apoyadas.

No es posible transformar a México cuando están siendo suprimidas las palabras víctimas y ciudadanos.

Fuente: Ibero

Es imposible transformar a México, un país históricamente depredado por la corrupción, la impunidad y la violencia gubernamental, ahora coludida estructuralmente con el crimen organizado, recurriendo a procesos de gestión verticales, unilaterales y ejerciendo estrategias selectivas de comunicación que fortalecen la incertidumbre, pero nunca el diálogo corresponsable y una ética de la verdad y el acceso a la información, consideró Randolfo González de la Mora, director de Educación Continua (DEC) de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Ciudad de México.

Durante la ceremonia de clausura de los diplomados: Derechos humanos y libertad de expresión; Acompañamiento de víctimas de violencias y catástrofes; y Seguridad nacional, democracia y derechos humanos; que la  universidad impartió en el Museo Memoria y Tolerancia (MMyT), agregó que no es posible transformar a México cuando están siendo suprimidas de la voz y la gestión gubernamental las palabras víctimas y ciudadanos, que, en sí mismas, “significan plataformas de estructuración social para una nueva vida pública con pleno respeto a los derechos humanos”.

Ante los 120 estudiantes que acudieron a recibir sus diplomas, dijo: “México no es un pueblo maleable a capricho de las coyunturas partidistas, y sujeto a verdades ocultas, a medias o inconfesables. México es fundamentalmente un país de víctimas que exigen ser escuchadas, visibilizadas y apoyadas para que se ejerza justicia, nunca olvido y mucho menos un perdón motivado por presiones políticas”. México no es un pueblo abstracto, ni amorfo; ni cabe en frases ocurrentes y ecos burocráticos. “México es un complejo sistema de ciudadanos que buscan reorientar la vida pública de abajo hacia arriba”; actores concretos, contextualizados en redes de trabajo, resistencia y en pleno ejercicio de sus derechos políticos, sociales, culturales y económicos.

Un proyecto viable que observa la universidad estriba en colocar al ciudadano al centro de cualquier estrategia de desarrollo, y a las víctimas en el corazón de ese centro. De no lograrse lo anterior, “toda propuesta de gestión pública y privada caerá en el terreno de la parcialidad estratégica, demagógica o cínica, misma que el voto de la realidad habrá de situar en su justa dimensión”. Y como propuesta, mencionó, “estamos dispuestos y puestos para colaborar con quienes desean un México mejor. Nuestra misión está encaminada a un solo fin superior: construir una sociedad en donde prevalezca la cultura cívica y el respeto de todos los derechos humanos”.