COMBINACIÓN FATAL

COMBINACIÓN FATAL

7 mayo, 2020 0 Por Rene Davila

Coronavirus y enfermedades respiratorias.

El pasado martes 21 de abril las autoridades de salud en México declararon la Fase 3 de la contingencia por el nuevo coronavirus (COVID-19), que se caracteriza por la presencia de brotes regionales y una propagación exponencial, en la que se hará más difícil romper la cadena de trasmisión. En este punto, lo más preocupante es que si la población no continúa con las medidas de sana distancia, el Sistema Nacional de Salud podría verse comprometido por la necesidad de atender las urgencias médicas, sobre todo en adultos mayores, mujeres embarazadas, personas con sistema inmunológico deprimido y en los que viven con enfermedades cardiovasculares o pulmonares crónicas, expuso el pasado lunes 27, el Neumólogo Luis Albrecht Septién Stute, durante una conferencia virtual organizada por la farmacéutica Boehringer Ingelheim y en la que, junto con otros expertos, habló de la necesidad de proteger la salud respiratoria ante el COVID-19, especialmente en pacientes con Asma y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).

Cualquier persona puede contraer la infección por el nuevo coronavirus con síntomas similares a una gripe que, en el 80% de los casos, son leves y se atienden de forma ambulatoria, por lo que en esta Fase 3 es importante limitar lo más posible la movilidad y las actividades no esenciales, haciendo énfasis en la recomendación #QuédateEnCasaSabemos que las personas que padecen enfermedades pulmonares crónicas son más propensas a presentar exacerbaciones, en las que aumentan o se agudizan síntomas como dificultad para respirar (disnea), secreciones nasales, estornudos, tos y, en casos más severos, neumonía o insuficiencia cardíaca por el coronavirus. De ahí que deben acudir de inmediato a los servicios de urgencias de los hospitales designados como centros COVID en todo el país.

Hoy más que nunca, los pacientes con Asma, EPOC, alergias o cualquier otro trastorno que genere obstrucción de las vías aéreas, deben redoblar las medidas de seguridad e higiene, lavado constante de manos, limpieza de artículos de uso diario y asilamiento social, llevar una alimentación adecuada y no abandonen el tratamiento indicado por su médico que, por lo general, consiste en el uso de medicamentos broncodilatadores que permiten el flujo de aire hacia los pulmones.

Dentro del grupo de broncodilatadores existen los de larga duración como el tiotropio, los cuales aseguran un efecto por 24 horas y son “piedra angular” en la terapia de mantenimiento de pacientes con Asma, a partir de los 6 años de edad. Estos, igualmente se prescriben como complemento a otros medicamentos en trastornos donde se obstruyen las vías aéreas, o bien, se pueden combinar con otros broncodilatadores de acción prolongada como el olodaterol, para mejorar significativamente la respiración en quienes viven con EPOC. El salbutamol con bromuro de ipratropio es otro broncodilatador, pero de acción corta, que se emplea como medicación de rescate para manejar las crisis, episodios donde el paciente no puede respirar, en EPOC y Asma. Expuso la importancia de que la terapia broncodilatadora sea administrada mediante un dispositivo inhalador de cartucho presurizado, siendo el Respimat el más recomendado a nivel mundial, porque libera una nube de suave dispersión que hace que el medicamento llegue directo a los pulmones. Además de ser seguro y eficaz, permite a cualquier persona con enfermedades respiratorias crónicas inhalar sin esfuerzo. Basta con 2 disparos, 1 vez al día, para ayudarlos a respirar bien, evitar exacerbaciones, reducir la medicación de rescate y facilitar la adherencia terapéutica.