¿CÓMO SOBREVIVIR A UNA PÉRDIDA?

¿CÓMO SOBREVIVIR A UNA PÉRDIDA?

12 marzo, 2019 0 Por Rene Davila
Es normal tener un proceso de desadaptación.

Intentos del ‘yo’ que buscan el equilibrio psíquico.

Cómo superar el duelo.

Fuente: Ibero

El duelo es un proceso de adaptación ante la pérdida de un objeto -en sentido psicoanalítico- de gran valor afectivo. Una persona querida fallece, pérdida de una relación de pareja, de un trabajo o un familiar, explicó la maestra y psicóloga clínica Francesca Caregnato Tosetto.

“No toda pérdida implica un duelo, pero cuando existe se tiene una pérdida atrás. Puede confundirse con un estado depresivo porque hay sentimientos en común”, señaló durante el taller sobre duelo ‘¡Se ha ido! Y… ¿Qué hago yo sin ti?’. Es normal tener un proceso de desadaptación ante una pérdida significativa, es inevitable, complejo e incluso, extraño, porque las personas no se reconocen a sí mismas durante el proceso pues no es el mismo mundo sin ese objeto perdido.

Mecanismo de defensa y duelo

Son intentos inconscientes del ‘yo’ que buscan mantener el equilibrio psíquico.

  1. La negación. Es un mecanismo inconsciente útil, que busca mantener el equilibrio psíquico. Lo que no sirve es instaurarnos en este mecanismo porque no permite procesar el dolor.
  2. Evitación. Evitar pensar, sentir o exponerse a situaciones que generan angustia. Huir para evitar todo aquello que provoca dolor emocional. Esto se puede hacer también consumiendo alcohol y sustancias; con conductas promiscuas; actividades que producen adrenalina; sumergiéndose en el trabajo; con conductas frecuentes de limpieza excesiva, entre otras. Efectivo para no sentir, pero no para procesar el duelo.
  3. Racionalización. La construcción de una narrativa como estrategia inconsciente para no conectar con sentimientos o deseos que la persona no se quiere confesar a sí misma. Se racionaliza el dolor. En la actualidad se utiliza mucho este método.
  4. Regresión. Un retorno a patrones de comportamiento inmaduro o reacciones inmaduras e incoherentes con respecto a la situación actual. Este mecanismo es el que más ocupan los niños cuando viven el duelo, pues lo expresa a través de conductas regresivas y de somatización. Un adolescente hace berrinches.

Un duelo es complicado per se y es complicado dependiendo de la persona que lo vive.

Lo que complica un duelo:

  • El tipo de pérdida: inesperada, violenta, por suicidio.
  • Justicia contra injusticia.
  • Contexto entorno a la noticia de la pérdida.
  • Afrontamiento familiar y social durante las horas y días sucesivos a la pérdida.
  • Relación con la persona fallecida: conflictos.
  • Despedida: si la hubo, cómo fue.
  • Dudas con respecto a la pérdida: ¿por qué?
  • Culpa.

La verdad acerca del tiempo

  • No cura.
  • Solo pasa.
  • Las cosas puedan ser diferentes, nuestras decisiones y acciones consecuentes.
  • Es importante recordar que una intención o un deseo no es una decisión, no es un plan y tampoco es una acción.
  • El tratar de reproducir una cotidianidad lo más posible similar a la que teníamos antes de la pérdida, es un ardid (acción con la que se pretende engañar).

Cómo sobrevivir a la pérdida

En el mejor de los casos, afrontándola y volver a ser felices. Desear sentirnos mejor, que no duela, no es una acción.

Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida

Tomar decisiones y procesar el duelo:

  • Una de ellas es aceptar la realidad de la pérdida, la muerte, la separación, no sólo es una aceptación intelectual sino emocional, la que lleva más tiempo.
  • La esperanza de un regreso, en el caso de una separación, complica mucho el proceso. Asimismo, cuando hay una persona desaparecida.
  • Reubicar emocionalmente al fallecido. Por ejemplo, estar vinculado con ella, recordarle, pero de forma que no impida continuar viviendo.
  • No renunciar a la persona, sino encontrar un lugar adecuado para ella en nuestra vida emocional.
  • Reconocer cómo me siento. Trabajar emociones, positivas y negativas. Por ejemplo, es normal sentir enojo y es importante hablarlo.
  • Adaptarse a un medio en el que la persona está ausente.
  • Tratar de actuar coherentemente con mis sentimientos.
  • Adaptarse a la cotidianeidad, a la casa, al trabajo, a nuestra vida.
  • Reunirse con personas que den comprensión y con bajas expectativas con respecto al proceso de duelo.
  • Recordar que no estoy solo.
  • Practicar la indulgencia conmigo mismo.
  • Ser bueno conmigo.
  • Aprender a pedir ayuda.
  • Buscar apoyo para no caer.
  • Aceptar cómo me siento.