CRECIENTE DIVERSIDAD RELIGIOSA ENTRE AFROMEXICANOS

CRECIENTE DIVERSIDAD RELIGIOSA ENTRE AFROMEXICANOS

22 julio, 2023 0 Por Rene Davila

Foto: UNAM. A diferencia de otros lugares, en la Costa Chica, Guerrero, no hay intolerancia.

Fuente: UNAM

Los afromexicanos están en todos los estados de la República mexicana, aunque hay regiones como la Costa Chica, en el Pacífico, y Veracruz, en el Golfo, donde puede haber una concentración mayor debido a procesos históricos. Por las dinámicas de movilidad ahora se registra una dispersión interesante, por ejemplo, en el Estado de México, afirmó la investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, Citlali Quecha Reyna.

La entidad mexiquense es una de las que tienen mayor registro de esa población, debido a la migración interna que se asienta en la zona conurbada de la Ciudad de México, o quienes no pueden llegar a la frontera norte y adoptan ese sitio para habitar de manera permanente. Se piensa que practican la santería o religiones afroamericanas, “y no es así. En nuestro país tienen una impronta muy importante de catolicismo ibérico en sus actividades religiosas”.

Hay una creciente diversidad religiosa en esa zona de Guerrero y Oaxaca. A partir de la década de 1980, en particular, se registra el aumento de iglesias pentecostales; también hay adventistas, presbiterianos, Testigos de Jehová y, recientemente, mormones. A diferencia de otros lugares, en la Costa Chica no se expresan dinámicas de intolerancia religiosa; los distintos credos conviven pacíficamente. Incluso, esa diversidad coadyuva a que exista un soporte socio-organizativo de los pueblos.

De acuerdo con el Censo 2020, en México, dos millones 276 mil 213 personas se reconocen como afromexicanas; es decir, dos por ciento de la población. Del total, 50.4 por ciento son mujeres y 49.6 varones. A partir del siglo XVI, la región de la Costa Chica –que va del puerto de Acapulco, Guerrero; a Huatulco, Oaxaca- ha tenido una presencia significativa de personas de origen africano.

Diversidad religiosa

En esa región hay un ciclo festivo articulado en torno al santoral católico, pero también existen otros espacios de culto que no son reconocidos por esta Iglesia.Por ejemplo, hay dos imágenes veneradas, en particular, en Guerrero; una de ellas es la de San Manuelito, cuyo centro de peregrinación está en la comunidad de Boca del Río, municipio de Florencio Villareal. Se trata de una imagen de rasgos asiáticos encontrada en altamar, con un número importante de feligresía. “Encomendarse a él, creen, ayuda a cruzar la frontera norte, aliviar ciertas enfermedades, a dejar ciertos sufrimientos y hasta conseguir pareja”.

La otra es la de San Gonzalito, en la comunidad de Rancho Nuevo, perteneciente a Llano Grande, Oaxaca, que también recibe peregrinaciones. “Se articula un circuito de interacciones sociales, religiosas y de parentesco ritual en torno a esas creencias; por ejemplo, las personas adquieren compadrazgos al acompañar las fiestas. Eso habla de la importancia que tienen esos santos para la consolidación de las formas de organización social”.

En el caso de los pentecostales, por ejemplo, es por las redes de apoyo y la ayuda emocional que proporcionan a la gente, el acompañamiento que le brindan a personas enfermas, alcohólicas o que consumen drogas para sortear esas situaciones, incluso llegar a Estados Unidos.

Entre los afromexicanos es interesante ver cómo se compagina la expresión de la religiosidad, con las creencias culturales de la zona. “Debido a los procesos de convivencia que han tenido indígenas y afrodescendientes, estos han adoptado algunas pautas culturales de los pueblos originarios en la conformación de su propia identidad”.

Una de ellas, es la creencia en los “tonos”, animales que acompañan la vida de los seres humanos. Se trata de una convicción religiosa que no se combina con el sistema católico ni cualquier otro.Los niños dicen que Dios existe y como parten de considerar su omnisciencia, piensan también que deben agradecerle por tener su “tono” (“Dios me cuida y cuida a mi animalito”).

Los niños católicos participan con mucha fe en prácticas como las danzas, por ejemplo, la de los diablos, los días 1 y 2 de noviembre, o la de toro de petate; saben que son para recordar a los muertos o venerar un santo, y eso les genera elementos de identidad afro.