PERSISTE LA DESIGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES

PERSISTE LA DESIGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES

7 marzo, 2019 0 Por Rene Davila
Participación en aspectos que los hombres no consideran.

Superar la división sexual del trabajo.
(Ana Buquet)

Cambio cultural y plataformas legales, políticas públicas y recursos.

Fuente: UNAM

Aunque hay avances en materia de equidad de género, las mujeres siguen peleando por las mismas causas, pues no se ha logrado erradicar los núcleos duros de la desigualdad. Para ello, además de un cambio cultural se requiere de un andamiaje con plataformas legales, políticas públicas y recursos que no sólo garanticen sus derechos, sino su pleno ejercicio. En México, como en otros países, las demandas no resueltas se relacionan con el acceso de ellas a la educación, al trabajo en igualdad de condiciones, o a los derechos sexuales y reproductivos, así como erradicar la violencia en su contra, que en una de sus formas exige estereotipos de belleza inalcanzables, dijeron expertas de la UNAM.

Mientras 78 de cada 100 hombres de 15 años y más disponibles para producir bienes y servicios son económicamente activos, en el caso de ellas son sólo 44, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (2018). A eso hay que sumar que en el país siete de cada 10 mujeres con un empleo (68 por ciento) gana como máximo cinco mil 300 pesos mensuales, equivalentes a dos salarios mínimos.

María Luisa González Marín, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), explicó que aunque la participación de la mujer en el mercado laboral nacional se incrementó, sobre todo en los años 80, no alcanza ni la media de América Latina, que es de más de 50 por ciento, y está por debajo de países como Perú.

Brecha digital

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer 2019, que este año lleva por tema “Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio”, ONU Mujeres señaló que la innovación y la tecnología brindan oportunidades sin precedentes. Sin embargo, “las tendencias indican que ellas no están lo suficientemente representadas en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y el diseño, por lo que la brecha digital se está ampliando, lo que les impide influir en el desarrollo de innovaciones sensibles al género.

“Desde la banca móvil hasta la inteligencia artificial, es vital que las ideas y experiencias de las mujeres influyan por igual en el diseño y aplicación de innovaciones que conformarán las sociedades del futuro”, expuso González Marín.

Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares (2016), de los usuarios de computadoras e Internet en México, los hombres representan la mayor proporción a lo largo del periodo 2001-2015, aunque tiende a incrementarse la participación femenina: de 46.4 a 49.2 en el uso de computadora; y de 45.4 a 49.4 por ciento, en la utilización de la red. “Ellas son quienes más usan el teléfono móvil”.

Ana Buquet, directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), sostuvo que las mujeres deben ser parte de la innovación para contribuir a cambiar su condición de género. “Si participan en el desarrollo tecnológico pensarán en aspectos que ellos no consideran; por ejemplo, una aplicación sobre la menstruación o un cinturón de seguridad de coche que no aplaste los senos o sea adecuado para una embarazada. Si somos parte de innovar, podremos crear a favor de nosotras”.

(Patricia Castañeda Salgado)

Avance y retos de las mujeres

Pero fue hasta la década de 1970 cuando se conformó un movimiento feminista mexicano más cohesionado y consolidado, en el que se establecieron demandas claras que aún son vigentes, dijo la directora del CIEG.

Uno de los rezagos a superar es la división sexual del trabajo, porque ellas se incorporaron al empleo formal, pero los varones no se integraron a las tareas del hogar, del cuidado y responsabilidad familiares, “y ahí viene el concepto de la jornada doble y hasta triple de trabajo para las mujeres”.

Otras formas de violencia

Patricia Castañeda Salgado, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), indicó que los estereotipos de género son un tipo de violencia. En general se trata de “una imagen fija y al mismo tiempo prefijada; es una manipulación de la realidad que genera una idea que no se cuestiona”. Cada sociedad tiene su ideal de belleza. La mexicana, en contextos fundamentalmente urbanos, sigue el modelo global impuesto por las grandes empresas, que dictan la forma de vestir, estilo de vida y apariencia. Las personas que se inscriben en la diversidad sexual responden a otro conjunto de contravenciones a la norma; ahí también se generan estereotipos. Además, los modelos de belleza cambian con el tiempo. Por ejemplo, en las sociedades de principios del siglo XX consistía en ser robustas, y antes, en el XIX, en ser pálidas. “Hoy tenemos un conjunto de contradicciones: se impone el cuerpo femenino delgado, pero voluptuoso”.