PREVALECE USO DE COMBUSTIBLES FÓSILES

PREVALECE USO DE COMBUSTIBLES FÓSILES

31 octubre, 2022 0 Por Rene Davila

Foto: Internet. Mesa “Sostenibilidad y Crisis Medioambiental”.

Fuente: UNAM

La regulación climática en el mundo está fragmentada, por lo que hay ocasiones que se logran mayores avances a nivel local que global, lo cual implica repensar las políticas de Estado en la materia, que incluyan la formación de ciudadanías más solidarias y sustentables, coincidieron en señalar expertos reunidos por el Consejo Académico del Área de las Ciencias Sociales de la UNAM.

En el Seminario Permanente de las Ciencias Sociales. Reflexiones del Mundo Contemporáneo desde las Ciencias Sociales: Estudios y Aportaciones, reflexionaron sobre los retos que las naciones, sociedad y empresarios enfrentan respecto al cambio climático.

Al participar en la mesa “Sostenibilidad y Crisis Medioambiental”, Ruth Zavala Hernández, experta en Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, enfatizó que la regulación climática se encuentra fragmentada a través de la gobernanza global, lo que explica por qué en varios casos hay más avances y dinamismo a nivel subregional, respecto a lo que se logra a nivel global.

Los últimos 30 años de negociaciones climáticas, se han caracterizado por una paralización de los actores clave, que son los mayores emisores de gases de efecto invernadero. Y si bien se habla de responsabilidades comunes, la realidad es que las consecuencias no son igualitarias, pues aquellas naciones con menos ingresos son las más vulnerables y expuestas a los efectos de la crisis climática. Somos sociedades basadas en energía, y la matriz energética mundial actual nos dice que, todavía, el 70% de esta es aún fósil, es decir, petróleo, gas natural y carbón.

Los principales retos que enfrenta la acción contra el cambio climático son: la politización de este fenómeno (tiempos políticos y crisis económicas), lo que ha llevado a una ruptura entre la ciencia y la política pública de mediano y largo plazos. Otro de los desafíos es la economía de mercado. Hay quienes interpretan el cambio climático como una de las externalidades de esta economía, entonces de lo que se trataría sería de internalizar el costo ambiental, que implica el crecimiento económico”.

Replantear las políticas públicas

Alba Gabriela Cabriada Jarquin, profesora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, destacó que uno de los problemas no considerado originalmente en las convenciones internacionales, pero que hoy en día genera polémica por su gravedad, es el de los migrantes ambientales. En 2015, Nueva Zelanda deportó al migrante Ioane Teitiota, quien solicitó asilo debido a que el cambio climático creó condiciones graves que hacen imposible la vida en su isla natal Kiribati.

El afectado argumentó ante Derechos Humanos y la ONU, que con esta acción se violó su derecho a la vida, por lo que en enero de 2020 el organismo internacional reconoció que los países no pueden deportar a las personas que enfrentan condiciones de vida adversas generadas por el fenómeno ambiental. Es necesario pensar en las políticas de adaptación tanto para los que llegan, como para los que reciben, porque estamos frente a una condición de casos de xenofobia o racismo que nos remite, nuevamente, a los derechos humanos.

Sugirió a los estados trabajar en el desarrollo de políticas públicas que consideren las problemáticas ambientales, lo que también llevaría a reflexionar sobre el papel del Estado y la construcción de los nacionalismos a nivel internacional en el siglo XXI, que tenga una cultura más solidaria y empática.

Luis Roberto Guanes García, académico de la FES Cuautitlán, detalló que las grandes empresas han enfrentado la presión social, por su inacción o poca actividad para combatir el cambio climático, ya sea mediante acusaciones de prácticas laborales antiéticas, evaluaciones negativas de entes reguladores, manifestaciones de organizaciones no gubernamentales, además de una escasez repentina de recursos.

Hubo fracasos en comunidad que dependían de un trabajo; exigencias de lo que comenzó a ser el cliente sustentable; inversionistas cada vez más interesados en la sustentabilidad y competidores que empezaron a modificar sus prácticas, como General Electric. Varias empresas comenzaron a ubicar dónde están sus principales huellas de carbono en su cadena de valor, así como los desperdicios, con lo que visualizan oportunidades para cambiar.