PRIMERA EXPERIENCIA SEXUAL MODIFICA CIRCUITO CEREBRAL

PRIMERA EXPERIENCIA SEXUAL MODIFICA CIRCUITO CEREBRAL

7 enero, 2021 0 Por Rene Davila

Foto: Internet. Hace que el desempeño sexual mejore notablemente.

Fuente: Cinvestav

La primera relación sexual provoca una mejoría en el desempeño en los episodios íntimos posteriores. Esto es relevante porque la conducta sexual es una conducta innata, es decir, que está genéticamente determinada y por lo tanto, en la que no interviene el aprendizaje.

Esta actividad sexual puede ser compleja y estereotipada, es decir, que los animales presentan secuencias específicas de respuestas conductuales elaboradas, que nunca aprendieron; pues ya estaba predeterminado en el cerebro cómo ejecutar esa secuencia conductual.

Al tratarse de una conducta instintiva, que en los seres humanos es controlada por la razón, la conciencia y otros factores cognitivos; cuando las condiciones de madurez sexual y de funcionamiento hormonal son adecuados en la pubertad, el animal al estar frente a un estímulo sexual presentará conducta sexual, sin que medie ningún tipo de aprendizaje.

Sin embargo, después del primer encuentro sexual hay una mejoría del desempeño sexual en episodios posteriores y éste se optimiza, lo que sugiere que, si no hay aprendizaje de por medio, hubo un cambio en su regulación a nivel del cerebro. Gabriela Rodríguez Manzo, investigadora del Departamento de Farmacobiología del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Coapa, analiza cómo la primera experiencia sexual cambia el funcionamiento del cerebro en individuos del sexo masculino.

Un aspecto ya conocido es que, durante la eyaculación, el organismo libera de manera natural opioides endógenos; sustancias parecidas a la morfina, que funcionan contra el dolor, pero que también tienen la capacidad de producir sensaciones placenteras. Los opioides endógenos se liberan con la eyaculación y actúan en una región del cerebro conocida como el circuito de la recompensa; llamado así porque en él se procesan todas aquellas actividades que resultan placenteras, y que suelen ser indispensables para la supervivencia, como la ingesta de alimento, la conducta maternal y la actividad sexual.

Actualmente se analizan los mecanismos moleculares por los cuales estos opioides endógenos, pudieran modificar el funcionamiento del circuito de la recompensa, y uno de los hallazgos es que se produce un cambio en los receptores a los que se unen esos opioides, presentes en el área tegmental ventral, que es parte de este circuito.

La información sobre el control de la conducta sexual obtenida en modelos animales se puede extrapolar a los humanos, porque al ser una conducta primigenia, como la agresión, es controlada por el denominado cerebro límbico, que regula las emociones, y que compartimos todos los mamíferos. La diferencia es que los seres humanos tenemos control sobre las respuestas instintivas a través de la corteza cerebral, que es el cerebro racional y analítico, pero el funcionamiento básico del control de la expresión de la conducta sexual, es equivalente entre ratas y humanos”.