ELECCIONES 2018: PARTICIPACIÓN HISTÓRICA DE LAS MUJERES
9 julio, 2018Las mujeres en los diferentes campos de la vida pública.
Fuente: Ibero
El proceso electoral 2018 se ha distinguido por la histórica participación política femenina. Como nunca, se ha visto a las mujeres actuar en los comicios más grandes de la historia del país. Presencia pública importante no sólo por su papel como candidatas a puestos de elección popular, sino desempeñando una diversidad de papeles, los cuales han desarrollado de manera destacada, informando a las demás mujeres que la política ha dejado de ser una actividad exclusivamente masculina y las prepara, al igual que a los hombres, para verse no sólo representadas por personas de su mismo sexo, sino para confirmar que tienen el derecho y la capacidad para participar activamente en la vida pública.
La lucha de las mujeres por lograr esos espacios de participación ha sido ardua, continuada y difícil y que nada les ha sido ‘otorgado’, ‘regalado’ o ‘cedido’. En 2018, se cumplen 134 años de las primeras demandas en torno al sufragio femenino; 107 en que se exigió ese mismo derecho en plena Revolución Mexicana; 102 de la realización del primer Congreso Feminista de Yucatán; 95 desde que la Sección Mexicana de la Liga Panamericana de Mujeres convocara al Primer Congreso Nacional Feminista, reunido en la Ciudad de México; 83 desde que, por primera vez, las mujeres participaran en las votaciones internas del Partido Nacional Revolucionario (PNR); 81 de que el presidente Lázaro Cárdenas enviara a la Cámara de Senadores la iniciativa para reformar el artículo 34 constitucional para que las mujeres obtuvieran la ciudadanía; 72 de que la Cámara de Diputados aprobara la iniciativa enviada por el presidente Miguel Alemán para que las mujeres participaran en las elecciones municipales; 65 de que Adolfo Ruiz Cortines reconociera su derecho al ejercicio de la ciudadanía sin restricciones.
Sin embargo, durante 65 años ninguna mujer ha sido presidenta de la República, aunque seis de ellas han sido candidatas: Rosario Ibarra de Piedra, por el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) primero en 1982, cuando obtuvo el 1.76% de los votos; y luego, en 1988, con el 0.3%.Cecilia Soto González, por el PT (Partido del Trabajo), con el 2.75% de la votación, en 1994. Marcela Lombardo Otelo, por el PPS (Partido Popular Socialista), con el 0.47%, en la misma elección que Soto. Patricia Mercado Castro, con el 2.7%, por el PASC (Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina), en 2006.
Durante 75 años sólo siete mujeres han ocupado el cargo de gobernadoras:
- Griselda Álvarez Ponce de León, Colima, de 1979-1985 (PRI)
- Beatriz Paredes Rangel, Tlaxcala, de 1987-1992 (PRI)
- Dulce María Sauri Riancho, Yucatán, de 1991-1993 (PRI)
- Rosario Robles Berlanga, Ciudad de México, de 1999-2000 (PRD)
- Amalia García Medina, Zacatecas, de 2004-2010 (PRD)
- Ivonne Ortega Pacheco, Yucatán, de 2007-2013 (PRI)
- Claudia Pavlovich, Sonora, de 2015 a 2021 (PRI)
Siguen vigentes algunos de los obstáculos que han impedido la participación política de las mujeres y que se suman algunos nuevos:
- La resistencia de los políticos a colocar a las mujeres en candidaturas viables y ganadoras, al designarlas en distritos electorales donde nunca se ha ganado o la probabilidad de hacerlo es baja. A esto se agrega, la posibilidad de dejar a las candidatas con pocos recursos económicos, dirigiendo estos a los candidatos varones que si tienen posibilidades de ganar.
- La resistencia de los partidos, en especial a nivel local, para respetar la regla de paridad y otorgar a los hombres un número mayor de candidaturas.
- La violencia política ejercida contra ellas en forma de presiones para que no ocupen candidaturas a puestos de elección popular; para que no tomen posesión del cargo, aunque hayan ganado o renuncien a éste una vez que ocupan el puesto; la intimidación, lesiones, amenazas que se extienden a sus familias, violaciones sexuales, asesinatos para que no se atrevan a ocupar espacios pensados sólo para varones en grupos y lugares donde se sigue considerando a las mujeres como seres de segunda. La gobernadora ante la sociedad.
- Estrategias novedosas como lo ocurrido en Oaxaca, en la comunidad muxe, donde colectivos y redes de la diversidad sexual presentaron una denuncia en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Oaxaca (IEEPCO) para exigir la revocación de 17 candidaturas de hombres que de manera “ilegal, perversa, deshonesta y fraudulenta” se registraron como transgénero para ocupar espacios destinados para las mujeres y participar en la presente contienda electoral. Aquí se puede incluir a las llamadas ‘juanitas’ que, en las elecciones intermedias de 2009, pidieron licencia al cargo una vez electas como diputadas federales para dar paso a sus suplentes varones. Razón por la cual ahora las fórmulas (propietario-suplente) deben estar compuestas por personas de un mismo sexo. Sin embargo, el caso de ‘las juanitas’ se ha refinado cuando se nomina a las esposas de los candidatos a puestos de elección popular, para que una vez obtenidos sean sus esposos, a quienes se quería nominar originalmente, quienes ejerzan el poder de facto, aunque la mujer sea la alcaldesa o incluso
- A las anteriores, se suman aquellas relacionadas con los cambios sufridos en materia electoral, como la formación de coaliciones donde se debe negociar la paridad de género en función de los intereses de los partidos que las forman; el deseo de reelección de los alcaldes varones que hoy están en funciones, cuando este derecho se enfrente a la paridad de género.
Se puede afirmar que a pesar de lo lenta que ha sido la integración de las mujeres a la vida política del país, 2018 marcará una participación sin precedentes, consideró Ivonne Acuña Murillo, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Ciudad de México.