POCOS CASOS DE SARAMPIÓN EN MÉXICO

La vacunación es muy eficaz pero en esta época existe desabasto.

La mayoría de la población está inmunizada.

Se habla que el sarampión ha regresado, afecta a algunos mexicanos, pero es preciso saber que no representa un problema de salud pública, puesto que la mayoría de la población se encuentra inmunizada, explicó la doctora María del Socorro Ortiz Gea, especialista en Pediatría del Centro Médico Coyoacán.

La Organización Mundial de la Salud declaró al Continente Americano libre de sarampión en 2016. No obstante, se ha vuelto a presentar debido a situaciones de contagio fuera del país, y cuando las personas contagiadas vuelven a México, diseminan la enfermedad, “por eso se les denomina casos importados”. “En el caso de México, es importante decir que el número de casos detectados a la fecha es muy bajo, y una gran parte de la población del país se encuentra inmunizada contra esta enfermedad infecciosa. La vacunación es muy eficaz pero en esta época existe desabasto. Si va a viajar fuera del país (por ejemplo a Europa o África) y no está inmunizado, debe vacunarse. Las autoridades sanitarias han informado que las vacunas estarán disponibles en México en diciembre próximo.

El sarampión es uno de los padecimientos incluidos en el sistema de vigilancia epidemiológica de las enfermedades febriles exantemáticas. Las estrategias para combatirlo son: “alta cobertura en población susceptible; campañas de vacunación masiva, sólo una vez en niños de 1 a 14 años; mantener el programa regular de vacunación: todos los niños de 12 a 23 meses de edad.

Esta enfermedad es una infección viral muy contagiosa y aparece con mayor frecuencia en niños. “Una persona infectada con este virus, puede contagiar a entre 10 y 18 personas más, siempre y cuando no estén inmunizadas”.

Debe tenerse sospecha de sarampión si se presenta fiebre de 38.8°C, 39°C o 40°C, conjuntivitis y enantema (manchas blancas en la mucosa de la boca al nivel del segundo molar. Dos días después aparece el enantema que inicia a nivel retroarticular, cara, cuello, y después se disemina a todo el cuerpo, sobre todo a través de secreciones nasales y de la boca durante el período eruptivo temprano.

La transmisión es posible desde 4 días antes hasta 4 días después de la aparición de fiebre y exantema, pero el contagio cesa una vez que éste empieza a descamarse. La transmisión típica, se produce a través de gotas respiratorias que se eliminan durante la tos y permanecen en el aire un período breve, mientras recorren un trayecto corto.

En caso de contacto con alguna persona con sarampión, se debe aplicar la vacuna dentro de las primeras 72 horas. Si le dio de niño, está inmunizado de por vida. Si alguien tiene los síntomas señalados, debe acudir de inmediato con el médico. La única forma de prevenir, es vacunándose. El tratamiento del sarampión es sintomático. Los pacientes hospitalizados deben tratarse con las precauciones estándar para contactos y de transmisión aérea. Los pacientes ambulatorios sanos con sarampión, son más contagiosos durante 4 días después del desarrollo de la erupción, y deben limitar el contacto con otras personas durante su enfermedad.