URGENTE, CAMBIAR ESTRATEGIA DE SEGURIDAD EN MÉXICO

Control o administración de la violencia e inseguridad.

A seis meses de la alternancia en el gobierno, México sigue viviendo una crisis de violencia e inseguridad.

Fuente: Ibero

Es urgente cambiar la estrategia de seguridad en México, así como el concepto mismo de seguridad, y entender que la política de seguridad es algo que está mucho más allá de los aparatos que la combaten, sean las policías civiles o el Ejército, advirtió David Fernández Dávalos, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Ciudad de México, al emitir un mensaje durante las conclusiones y clausura de la «Segunda Conferencia Internacional Seguridad Ciudadana: la vía civil».

Aunque es de la mayor relevancia discutir si la seguridad, debe competer a los civiles o a las Fuerzas Armadas, la política de seguridad tendría que ser, y centrarse en: qué se está pretendiendo, cómo se va a controlar civilmente eso, cómo se va a evaluar su eficacia o no, qué mecanismos de rendición de cuentas se tendrán, y cómo se hará una estrategia de carácter complexivo, no simplemente de ataque a los grupos delincuenciales.

Al retomar algunas de las ideas más importantes de la ‘Segunda Conferencia Internacional’, mencionó que “a seis meses de haber realizado el cambio en el gobierno federal, continuamos viviendo una grave crisis de inseguridad y de violencia, incluso con números que se han incrementado”. Una crisis que afecta a todos los ciudadanos, a hombres y mujeres, a los adultos mayores, jóvenes, niños, y particularmente a las poblaciones marginadas. Inseguridad y violencia que no son sólo en razón de la acción de los grupos criminales, sino que se vinculan y combinan con la acción de las autoridades locales y federales, de las Fuerzas Armadas y de las policías “en el control o la administración de la violencia y la inseguridad”.

La estrategia de seguridad que se ha seguido hasta el momento, con un enfoque reactivo y represivo, y centrada casi exclusivamente en el uso de la fuerza, ha resultado rebasada y contraproducente, “porque no ha tenido objetivos claros, porque no tiene mecanismos púbicos consensuados de control, de evaluación, porque ha propiciado la grave violación a los derechos humanos, porque ha facilitado la corrupción de las fuerzas policiacas y militares del país, porque ha provocado una mayor violencia de la delincuencia organizada”, pero sobre todo, porque ha resultado ineficaz. No obstante que se tienen en México, 200 mil muertos y 40 mil desaparecidos, no se ha querido cambiar de estrategia, y ésta continuará centrada mayoritariamente en el uso de la fuerza, en la acción de tipo militar.

Una concepción adecuada de la seguridad

Una concepción adecuada de seguridad, se define de manera amplia, con un enfoque democrático, con un enfoque de derechos humanos, que tiene como base la dignidad de las personas y el derecho humano a una vida sin violencia, y se centra en la protección de las personas y de las comunidades, de manera que se puedan desarrollar plenamente. Una estrategia de seguridad pone condiciones de desarrollo humano y comunitario, no sólo reprime. Esta comprensión de respeto a los derechos humanos es esencial, y no se trata de un obstáculo para conseguir la seguridad que se pretende, como han dicho algunos grupos conservadores. Asimismo, se necesita tener un incremento en la capacidad de investigación, científica y centrada en la evidencia, y un aumento en la capacidad de procuración de justicia, no tanto en el despliegue territorial de la fuerza pública, que sigue siendo lo central con la distribución del país en 266 regiones.

Hay que calendarizar y ponerle metas al retorno gradual de las Fuerzas Armadas a sus cuarteles, “que fue un logro del balance de la sociedad civil”, de suerte que las fuerzas armadas regresen a sus responsabilidades constitucionales.